05/05/2009 12:10 (-6 GTM)
Se considera que siempre ha habido este género literario, pero el meollo es que no se había llamado así; siempre ha habido fábulas, aforismos, cuentos breves y cortos moralizantes. De algunos años a la fecha ha tomado auge; ahora se le considera una construcción literaria moderna, narrativa diferente a la novela o al cuento. Son obras muy diversas, con una característica fundamental: La brevedad en un completo contenido. ¿Subgénero? que cada día tiene más adeptos y cada día crea una nueva ambientación para unos resultados específicos. Por el mismo auge y características jóvenes que se le han dado, aún no se define; por lo mismo tiene muchísimos sinónimos -que luego veremos-; en lo que sí se ha estado acorde es en el tamaño; algunos lo quieren encajonar en una definición, pero simplemente es un nuevo estilo que está emergiendo y tomando fuerza. Hasta la editoriales se han preocupado por él y ya procuran buscar autores especializados.
Se le ha llamado por sus cultivadores: microcuento, minificción, microficción, cuento breve, cuento brevísimo, minicuento -por aquello de que lo bueno, sí breve, dos veces bueno-, alimento de los dioses, cuento o narración hiperbreve, arte pigmeo, poesía sin azúcar, relato pequeño pero matón, quintaesencia narrativa, microrrelato que da más por menos. El nombre que le den no importa, ya que también le dicen narrativa telegráfica, píldoras por leer, microficción, minificción, literatura contemporánea, narrativa breve, cuento breve, miniteatro, híbrido de microrrelato, corre lee y dilo, relato hiperbreve, estética de la brevedad, el arte de escribir ni una palabra más, letras sólidas, literatura breve; literatura para personas en constante movimiento, cultura móvil o en movimiento, ficción mínima, relato enano, micorrelato digital, microrrelatomanía; le dicen también microficción, trivialización del género. Cuentos concentrados al máximo -tan bellos como un teorema-, les dicen cuentículos, cuentos concentrados de arte pigmeo y cuentos en miniatura.
Pero siempre limitado a determinado número de caracteres sobre un tema dado en tiempo limitado y con un soporte organizacional; hay quien le dice ideas de noche. Aclarando que no son frases breves ni lapidarias; también le dicen obra literaria en un formato folio o "din"; eso sí ha tomado auge en los últimos años; se dice que ha surgido por miedo a escribir mucho; lo que sí es que es un relato pequeño y de fuerte impacto, no debemos olvidar que le llaman metaliteratura.
Debemos tener mucho cuidado para distinguir qué es un microrrelato, y qué no es un microrrelato; hay situaciones que lo distinguen del aforismo y de la fábula, que sería mucho más breve y comparativa, además de que tiene otros objetivos específicos.
Se le relaciona mucho con las adivinanzas, parábolas, epitafios y hasta con "graffiti". Mucho se usó en la Edad Media, en los llamados bestiarios están en aquelllas sentencias del Conde Lucanor, mucho tiempo atrás en las parábolas de Jesús. Ya muchísimos autores de la época pasada y de la nuestra lo emplean.
Es una propuesta para hacer nueva literatura, que empuja al lector a seguir buscando el sentido de la lectura y su contenido; quizá hasta para encontrarle otro sentido, por eso tiene tanta acción, poco espacio y corto tiempo, y es muy conciso, con una gran intensidad; es un concentrado, no es un resumen, es el meollo de la narración: la sustancia.
Se emplean unos mil caracteres, incluyendo espacios, 200 palabras en tipo 12 en estilo Times New Roman, con un gran ahorro de palabras -sólo las necesarias-; sus recursos estilísticos no están bien definidos ni bien estructurados.
Hay cursos, concursos y premios, así como gente especializándose en este nuevo género. Ha proliferado por la explosión vanguardista de renovación y por el aumento de revistas y libros que exigen colaboraciones breves (hay cuentos de apenas una línea); no es un malabarismo ni una pirueta literaria. Es un nuevo género.
Doctor Miguel Ángel Argüelles
TOMADO DE AGUAS DIGITAL.COM
Se le ha llamado por sus cultivadores: microcuento, minificción, microficción, cuento breve, cuento brevísimo, minicuento -por aquello de que lo bueno, sí breve, dos veces bueno-, alimento de los dioses, cuento o narración hiperbreve, arte pigmeo, poesía sin azúcar, relato pequeño pero matón, quintaesencia narrativa, microrrelato que da más por menos. El nombre que le den no importa, ya que también le dicen narrativa telegráfica, píldoras por leer, microficción, minificción, literatura contemporánea, narrativa breve, cuento breve, miniteatro, híbrido de microrrelato, corre lee y dilo, relato hiperbreve, estética de la brevedad, el arte de escribir ni una palabra más, letras sólidas, literatura breve; literatura para personas en constante movimiento, cultura móvil o en movimiento, ficción mínima, relato enano, micorrelato digital, microrrelatomanía; le dicen también microficción, trivialización del género. Cuentos concentrados al máximo -tan bellos como un teorema-, les dicen cuentículos, cuentos concentrados de arte pigmeo y cuentos en miniatura.
Pero siempre limitado a determinado número de caracteres sobre un tema dado en tiempo limitado y con un soporte organizacional; hay quien le dice ideas de noche. Aclarando que no son frases breves ni lapidarias; también le dicen obra literaria en un formato folio o "din"; eso sí ha tomado auge en los últimos años; se dice que ha surgido por miedo a escribir mucho; lo que sí es que es un relato pequeño y de fuerte impacto, no debemos olvidar que le llaman metaliteratura.
Debemos tener mucho cuidado para distinguir qué es un microrrelato, y qué no es un microrrelato; hay situaciones que lo distinguen del aforismo y de la fábula, que sería mucho más breve y comparativa, además de que tiene otros objetivos específicos.
Se le relaciona mucho con las adivinanzas, parábolas, epitafios y hasta con "graffiti". Mucho se usó en la Edad Media, en los llamados bestiarios están en aquelllas sentencias del Conde Lucanor, mucho tiempo atrás en las parábolas de Jesús. Ya muchísimos autores de la época pasada y de la nuestra lo emplean.
Es una propuesta para hacer nueva literatura, que empuja al lector a seguir buscando el sentido de la lectura y su contenido; quizá hasta para encontrarle otro sentido, por eso tiene tanta acción, poco espacio y corto tiempo, y es muy conciso, con una gran intensidad; es un concentrado, no es un resumen, es el meollo de la narración: la sustancia.
Se emplean unos mil caracteres, incluyendo espacios, 200 palabras en tipo 12 en estilo Times New Roman, con un gran ahorro de palabras -sólo las necesarias-; sus recursos estilísticos no están bien definidos ni bien estructurados.
Hay cursos, concursos y premios, así como gente especializándose en este nuevo género. Ha proliferado por la explosión vanguardista de renovación y por el aumento de revistas y libros que exigen colaboraciones breves (hay cuentos de apenas una línea); no es un malabarismo ni una pirueta literaria. Es un nuevo género.
Doctor Miguel Ángel Argüelles
TOMADO DE AGUAS DIGITAL.COM
