PAGINAS

sábado, 7 de noviembre de 2009

¿Cómo comprar libros para niños?



Por: Terri Schmitz
Leer en familia. Esta expresión evoca inmediatamente una imagen idílica de niños reunidos en torno a sus padres, encantados por la magia de un cuento leído en voz alta. Un sillón mullido, estantes llenos de libros y una luz tenue son parte integral de la escena (por alguna razón, la lectura en familia parece hacerse siempre en la noche). Una sensación de bienestar prevalece. Padres e hijos están en perfecta armonía, todo en el mundo marcha bien. ¿Qué podría estar mal?

Pero, ¿y si la realidad de la lectura en familia no es tan agradable? Después de doce años como librera y previamente como bibliotecaria, he presenciado la interacción de las familias entre sí y con los libros. No siempre es amable. Alcanzar el ideal de educar hijos lectores, bien informados y amantes de los libros es una tarea loable, pero puede dar lugar a grandes frustraciones tanto en los padres como en sus hijos.

Durante los últimos años, organizaciones como la American Booksellers Association, la Association of Booksellers for Children y la American LibraryEn español, son en el mismo orden: la Asociación Americana de Libreros, la Asociación de Libreros para Niños y la Asociación Americana de Bibliotecas. han promovido la idea de que el proceso lector empieza en casa, con los adultos leyéndoles a los niños. Muchos sistemas educativos en todo el país [Estados Unidos] han adoptado programas en los que los padres se comprometen a leer en voz alta con sus hijos durante un tiempo específico cada día. La American Academy of PediatricsAcademia Americana de Pediatría. anima a los pediatras a dar a los niños menores de cinco años un libro cada vez que tienen consulta con ellos. Se bombardea a los padres con la idea de que la escuela en sí misma no puede producir lectores y se les dice que está en sus manos iniciar este proceso cuando los niños son muy pequeños, rodeándolos de libros y leyéndoles a diario. Conformar una biblioteca en casa, no importa qué tan modesta, es un elemento clave en el proceso.

Todo esto es bien intencionado y bueno en sí mismo. Sin embargo, de acuerdo con lo que libreros y bibliotecarios han podido observar, también puede producir gran ansiedad y sentimientos de culpa en algunos padres. ¿Qué pasa si dejan de leer un día? ¿Se afectará el puntaje de Tammy en los exámenes? ¿Qué pasa si Jacob convierte el tiempo de lectura en un tiempo de negociación infinito (“¿Podemos leer cuatro libros en lugar de dos? ¿Puedes leerme Abran paso a los patitosÁlbum de Robert McCloskey (Nueva York: Viking, 1941), recibió la medalla Caldecott en el año de su publicación En español ha sido editado por Penguin Putnam Books, Turtleback Books y Live Oak Media. por centésima vez? ¿Podemos leer otro capítulo? ¿Podemos leer este libro largo, largo, largo?”)? ¿Y qué tal lidiar con Joseph, que no se puede quedar quieto, o con Andrea que detesta leer? Los padres con frecuencia están muy cansados, ocupados o tensos para leer. Leer en familia toma tiempo e implica compromiso, y las buenas intenciones se pierden fácilmente y se diluyen en las minucias de cada día.

Comprar libros para niños puede aumentar la angustia de los padres. Muchos vienen a nosotros absolutamente perplejos. Saben, o han oído decir a sus amigos, que leer a los hijos es importante, pero no saben por dónde empezar. Sus propias experiencias de lectura en la infancia están perdidas en la confusa vaguedad de su memoria. Enfrentarse al vertiginoso despliegue de los libros actualmente disponibles para niños puede ser abrumador. Padres que pasan sus días en cirugía, dirigiendo corporaciones o descubriendo la cura para el cáncer quedan completamente a la deriva cuando tienen que escoger libros para sus hijos.

Con todo esto en mente, quiero hacer algunas sugerencias que espero hagan de la visita a la librería una experiencia positiva. Hay una gran diferencia entre escoger libros en una biblioteca y escoger libros en una librería. Introducir el elemento comercial genera cosas extrañas en padres normalmente sensatos. En la biblioteca los padres tienden a ser más flexibles y laxos con sus hijos en la selección de los libros –después de todo, las equivocaciones no cuestan y el libro se puede devolver–. Sin embargo, cuando el libro va a ser comprado, la transacción se vuelve más significativa y el asunto del “valor relativo” del libro adquiere mayor importancia que el asunto de si el niño lo va a leer y a disfrutar. Algunos consejos sencillos pueden aumentar las posibilidades de hacer coincidir de manera exitosa libro y niño.

TÓMESE SU TIEMPO. Si pudiera dar sólo un consejo, daría éste. El tiempo dedicado a escoger un libro es tan importante como el tiempo dedicado a leerlo. Una acción precipitada no es nunca satisfactoria. Reserve un tiempo para visitar la librería. Vale la pena viajar un poco más lejos a una buena librería para niños o a una librería general con una excelente sección para niños. Allí pueden recibir ayuda de alguien competente y bien informado.

No siempre es posible ir de compras sin los niños, pero si un día usted puede visitar la librería sin ellos, podrá aprovechar mejor su tiempo y posiblemente disfrutarlo. Si usted va con ellos, hágalos parte activa de la experiencia de comprar. A los niños más grandes se les debe dar tiempo para hojear por sí mismos. Hágales saber con anticipación si podrán comprar algo y cuénteles las restricciones de precio y cantidad. Si se establecen los límites con anterioridad, se pueden evitar las discusiones en la caja. Ensaye los libros con los niños menores. Usted está haciendo una inversión. Para evitar la frustración es buena idea ver si su hijo responde o no al título que usted seleccionó. Tenga en cuenta que si el libro lo atrapa, usted tendrá que leerlo una y otra vez....

CONFÍE EN USTED. Usted sabe mucho más de lo que cree. Salvo que los empleados de la librería conozcan muy bien a su familia y a usted, la única persona que tiene la clave de lo que sus hijos disfrutarán es usted. Sea tan específico como pueda al solicitar ayuda. Un vago “Eh, a ella le gusta todo” no le ayuda al librero a limitar las opciones para escoger.

Hay varios conceptos erróneos a los que se enfrentan los libreros una y otra vez. Uno de ellos hace referencia a la idea de que hay un tiempo “adecuado” para empezar a leer a los niños. Otro (que por alguna razón parece ser muy apreciado por muchos padres) plantea que hay una especie de canon de la literatura infantil, una especie de colección de “Grandes Libros” que pueden ser adquiridos para garantizar que su hijo vaya más adelante que cualquier otro niño de dos años y continúe teniendo éxito hasta ingresar a Harvard. Y el tercero afirma que hay una manera correcta de leer a los niños, una especie de Santo Grial en el tono y la expresión, que asegura que cualquier experiencia de lectura sea memorable.

Todas estas creencias son falsas. Nunca es muy temprano, pero tampoco muy tarde para leerle a un niño. El tiempo perdido se puede recuperar. No vale la pena atormentarse por el hecho de que a William no se le leyó antes de los quince meses. Lo importante es empezar ahora. Aunque algunos libros han adquirido el estatus de “clásicos”, ningún conjunto de títulos va a satisfacer las necesidades de todos los niños. Libros que atraen y agradan a un niño pueden decepcionar a otro. Y lo importante con respecto a la lectura no es el cómo se hace, sino el hecho de que se hace . Establecer la conexión de lectura entre padres e hijos es un aspecto mucho más importante que desarrollar excelentes habilidades lectoras.

Seleccione libros que usted mismo disfrute. Si usted odia un libro su desagrado se transmitirá a su hijo y la experiencia de lectura se reducirá a una tarea, no será una actividad placentera.

ESCUCHE A SU HIJO. Recientemente ayudé a una mamá a escoger algunos libros nuevos para su hijo, un niño de cuatro años muy activo. A él por supuesto le encanta que le lean y ya tiene algunos libros en casa. Le mostré a ella algunos de mis libros favoritos para niños de cuatro años, pero los recibió sin ningún entusiasmo. Finalmente le pregunté si había algún problema y ella dijo: “¿No tiene usted algo más corto? Yo sé que él ya puede leer historias más largas, pero yo no tengo el tiempo para leérselas”.

Si ella no busca el tiempo, va camino de hacerle perder a su hijo el entusiasmo por los libros; y si él está cansado de los libros para los más pequeños, va a perder el entusiasmo también. Sus hijos le harán saber para qué tipo de libros están listos en la medida en que crezcan. Con frecuencia observamos a los padres haciendo caso omiso de los gustos e intereses de sus hijos, y sé que libros adquiridos con las mejores intenciones del mundo permanecerán sin ser leídos o amados.

El nivel de lectura que se sugiere en algunos libros desorienta y hace que muchos padres de niños en edad escolar pierdan el sentido en la selección de un libro. Una y otra vez escuchamos a los padres preguntar por libros para el “nivel de sexto grado”, y después de interrogarlos juiciosamente, descubrimos que el libro que quieren comprar es para un niño de tercer grado. Cuando sugerimos libros más apropiados para su edad, nos encontramos con la objeción, “Pero si su profesora dice que su nivel de lectura es de sexto grado”.

El nivel de lectura es sólo una parte de la ecuación. La práctica editorial de imprimir el nivel de lectura en los libros es una maldición comercial más que una bendición. Pocas cosas son más tristes que privar a un niño de la oportunidad de leer un libro realmente excepcional, debido a que el nivel de lectura no coincide con las expectativas de sus padres. Yo he sido testigo de cómo a un niño de cuarto grado, amante de los dinosaurios, se le impidió comprar The Enormous EggDe Oliver Butterworth con ilustraciones de Louis Darling (Boston: Little Brown, c 1956) relata la historia de un niño que encuentra en su granja un huevo enorme del que nace un triceraptor y lo que ocurre después. El libro ha sido reeditado varias veces y llevado al cine y la televisión. porque el nivel de lectura era 5,8 y él supuestamente tenía un nivel de lectura de octavo grado. He visto a algunos niños buscar deseosos en el estante los libros de misterio, aunque sus madres me cuentan que las Crónicas de NarniaSerie de libros del irlandés C.S. Lewis (Belfast, 1863) llevada al cine recientemente y que incluye títulos como “Lion, the Witch and the Wardrobe, Horse and hisBboy, The Magician Nephew”… no resultan muy atractivas para ellos.

Con respecto a la noción de precocidad se exagera con mucha frecuencia. Aunque un niño sea precoz, esto no significa que no necesite leer y disfrutar los mismos libros que disfrutan y leen sus compañeros de clase. Si todos los niños de quinto grado están devorando la serie Redwall , es realmente perjudicial para cualquier niño no tener acceso a esos libros por no ser lo suficientemente sofisticados o por no tener una medalla en la carátula. Los niños necesitan ciertos libros en ciertos momentos y si usted escucha atentamente, ellos le harán saber cuáles son.

DÉ UN PASO ATRÁS. Saber cuándo pasar desapercibido es fundamental con los adolescentes. En la medida en que los niños crecen, los padres descubren que su control sobre las lecturas de sus hijos se desvanece. Una vez que los niños aprenden a leer se vuelve imposible para casi todos los padres, no importa qué tan comprometidos estén, leer todo lo que sus hijos leen. Esto no necesariamente es algo negativo. Para los adultos, nada es más personal que la selección del material que leen. Lo mismo ocurre con los adolescentes. Leer a esta edad es un asunto completamente privado.

Con frecuencia los libreros nos encontramos lidiando con un padre extremadamente comprometido y un niño taciturno. “Dile a la señorita qué quieres” no produce en Caroline absolutamente ninguna respuesta; ella preferiría morir antes que decirle lo que quiere a un completo extraño mientras su madre la escucha. Rápidamente la situación se transforma: la madre nos dice qué cree ella que le gusta a Caroline y Caroline se niega siquiera a tocar los libros que le ofrecemos.

Este es el punto en el que un padre comprensivo se retira y permite al librero conversar a solas con el niño. Nosotros no necesitamos que se nos diga, en presencia de Caroline, que a ella no le gusta leer, que no le gustan las historias tristes, que su mejor amiga se mudó el verano pasado. Cualquier librero competente puede descubrir todas estas cosas en pocos minutos a solas con Caroline. Y posiblemente lo mejor sea dejarla sola un tiempo para que pueda hojear por sí misma; casi cualquier niño encuentra algo para leer si se le permite escoger.

Padres que se horrorizan frente a la posibilidad de humillar públicamente a su hijo, desafortunadamente pueden hacerlo en una librería sin darse cuenta. Yo diría, sin duda alguna, que comprar libros de educación sexual debe hacerse sin la compañía de los hijos. No importa qué tan cómoda y abierta sea su relación, para un niño nunca es lo suficientemente abierta como para incluir en el asunto al personal de la librería o a los clientes que estén presentes. Esto también se aplica a niños con algún tipo de problema, desde miopía hasta dificultades de aprendizaje; no los exponga a ser parte de una discusión acerca de qué libros son útiles para resolver el problema. Uno de mis peores momentos como librera ocurrió cuando una mamá, acompañada por su hija adolescente, muy grande y con cara de no ser muy feliz, se me acercó y me preguntó: “¿Tienen ustedes alguna novela sobre una niña adoptada, con diabetes y sobrepeso?”

RELÁJESE. El destino del mundo civilizado no depende de si usted siempre hace la elección correcta al comprar un libro. Comprar libros para niños puede ser de hecho muy divertido, y poseer un libro puede ser inmensamente gratificante para sus hijos. No insista en que cada libro tiene que tener un gran mérito literario. Usted ciertamente no tiene que comprar libros “chatarra” (y los buenos libreros esperan que sus libros no caigan en esta categoría) pero es necesario que los niños se expongan a una amplia gama de materiales de manera que puedan desarrollar su propio gusto literario. Muchos niños pasan por etapas en las que leen sólo un tipo de libros y excluyen todos los demás. Con frecuencia estos libros pertenecen a series de alguna clase, pero también hay niños que centran su atención en libros fantásticos, o en historias de animales, o en títulos de Tintín . Estas etapas causan una gran preocupación en los padres, pero generalmente son pasajeras. Un padre comprensivo puede usar estas etapas para enseñarle a su hijo estrategias de negociación (“está bien, puedes comprar un libro de Goosebumps si escoges un libro de la sección de biografías”); o habilidades matemáticas (“este libro de El Club de las Niñeras debes comprarlo con tu mesada. Si cuesta $9.500 más impuesto, y tú gastaste ayer $2.600 en dulces, ¿cuánto te queda?”). La mayoría de estas modas tienen que ver más con la presión de los compañeros que con cualquier otra cosa. Yo le pregunté a una niña que religiosamente compraba cada título de la serie de Escalofríos si pensaba que los últimos títulos eran tan buenos como los primeros. “No sé”, dijo. “Ya no los leo, sólo los compro para ponerlos en mi repisa”.

Intente no ser tan sobreprotector frente a las lecturas de sus hijos. Es válido querer saber si un libro contiene algo que pueda afectar a su hijo (“¿se muere el perro?”), pero los niños son asombrosamente flexibles. En tanto los libros traten situaciones difíciles, pueden ayudar a los niños a sensibilizarse frente al mundo que los rodea. Rechazar un libro porque los padres protagonistas se divorcian, o porque un abuelo muy querido muere, le quita al niño la posibilidad de imaginar qué haría en esa situación y de ver cómo otras personas la manejan.

Sobre todo, disfrute las etapas de lectura de su hijo: de la fase de los libros álbum de los más pequeños, a la fase de las novelas de los adolescentes. No dejen de leer en voz alta juntos, aun cuando los niños ya hayan aprendido a leer por sí mismos. Hay muchos libros que merecen ser compartidos. Y no se preocupe por adherirse a rígidos horarios diarios de lectura; simplemente genere una atmósfera en donde la lectura sea promovida y valorada. Con un poco de imaginación y mucho trabajo, usted puede garantizar que en el futuro sus hijos recuerden sus experiencias de lectura en familia, como un momento idílico de cálida y tenue luminosidad.

© del artículo: Terri Schmitz, 1997. Se reproduce con autorización de The Horn Book, Inc., www.hbook.com

Gacetas oficiales

Gacetas oficiales
toca el icono

¿Cómo colaborar con los refugiados del mundo?

¿Cómo colaborar con los refugiados del mundo?
toca es te icono y ayuda a un refugiado

Libros Budista Gratuitos para bajar

Museo Geológico Virtual de Venezuela

Museo Geológico Virtual de Venezuela
Auspiciado por PDVSA-INTEVEP

He aquì tu portal para crear audiolibros y escucharlos bajarlos y llevarlos

He aquì tu portal para crear audiolibros y escucharlos bajarlos y llevarlos
haz clik aqui

LIBROS MALDITOS

LIBROS MALDITOS
Interesante portal que te enriquecerà, toca el icono