Hombre e de letras comprometido con la
defensa de los derechos humanos en su país,
falleció en su hogar de Santos Lugares, en las afueras
de Buenos Aires. Mañana iba a ser homenajeado.
Ernesto Sabato, novelista y ensayista argentino muy comprometido con la defensa de los derechos humanos en su país, falleció esta madrugada a los 99 años de edad. Autor de hombres cumbres en la literatura argentina como “El túnel”, o de ensayos insignia como “La Resistencia”, tuvo un destacado rol con el retorno de la democracia en la Argentina al presidir la Comisión Nacional de Desaparecidos (CONADEP). En 1984 había recibido el premio Miguel de Cervantes.
Nacido en la localidad de Rojas el 24 de junio de 1911, Sábato se formó en La Plata donde estudió Física y se acercó al Partido Comunista, del que luego se alejaría.Gracias al Premio Nobel Bernardo Houssay, viajó a Francia donde mantuvo contactos con el surrealismo. A mediados de los 40 abandonó las ciencias para acercarse a la Literatura, que décadas después lo consagraría.
Es en la revista Sur, emblema del desarrollo literario latinoamericano, donde Sabato publicó “El Túnel”, novela introspectiva narrada en primera persona que lo colocó entre los máximos referentes de la literatura hispanoamericana. “Sobre héroes y tumbas”, publicada en 1961, confirmaría su trascendencia internacional y calaría hondo en la narrativa argentina, en especial con su “Informe sobre ciegos”. Su tercera novela, “Abaddón, el exterminador”, fue publicada en 1974.
Su carrera comenzó a recolectar premios en países como Italia y España, hasta que en 1984 recibió el Premio Cervantes. Fue durante esos años que presidió la Comisión Nacional de Desaparecidos, que integraron otros referentes de la cultura argentina para revisar lo acontecido en materia de Derechos Humanos durante la última dictadura militar argentina. Su informe, Nunca Más, constituye uno de los documentos más contundentes sobre una dolorosa historia que su país ha decidido no repetir.
Sobre el final de su carrera escribió dos ensayos autobiográficos, “Antes del fin” y “La Resistencia”. Dentro de este género se había destacado con piezas como "Uno y el universo" o el diálogo con Jorge Luis Borges. Sus últimos escritos constituyen ahora el legado definitivo de un intelectual íntegro que supo acompañar los cambiantes vaivenes del siglo XX argentino, y sobre el final, apostó por la esperanza.
Murió a días de cumplir los cien años y su nombre será para siempre recordado en la Argentina y, seguramente, en España, a la que hace referencia en su última obra publicada: "España en los diarios de mi vejez".
