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miércoles, 31 de agosto de 2011

Realizan homenaje al escritor argentino Jorge Luis Borges

[Realizan homenaje al escritor argentino Jorge Luis Borges ]
ENTORNOINTELIGENTE.COM / Caracas. Ayer fue inaugurada la escultura "El Libro de la vida", en un acto que se llevó a cabo en la Casa de la Cultura Porteña en Buenos Aires, en homenaje al escritor argentino Jorge Luis Borges, por motivos de los 112 años de su nacimiento. Al evento asistieron la viuda de Borges, María Kodama, y el autor de la obra, Raúl Farco. Este evento fue organizado por el Ministerio de la Cultura. La escultura representa un árbol de corteza metálica de 6,5 metros de altura que se complementa con 25 libros de piedra grabados con frases del escritor. Adicionalmente, se otorgaron los premios "Joven Lector", que reconocen a los tres usuarios de bibliotecas públicas de la ciudad que hayan consultado o retirado más libros del escritor. Los galardonados son niños y jóvenes con edades comprendidas entre los 6 y los 21 años de edad. Con motivo de su aniversario, a partir de ayer, se están desarrollando programas especiales en la Biblioteca Nacional que Borges dirigió durante 18 años. Entre estos programas, se incluye una muestra de unos 500 volúmenes de su colección personal, donada a dicho centro. Adicionalmente, se realizarán actividades culturales internacionales, con el título Borges Lector, reseñó Efe. Linda Rojas jrojas@entornointeligente.com @LindaRojas3

Jorge Luis Borges: muchas vidas y una muerte


Caracas, 24 Ago. AVN .-(Neirlay Andrade) Heredero de una estirpe de seis generaciones castigadas con la ceguera, un 24 de agosto de 1899 nació Jorge Luis Borges, en el centro de Buenos Aires, entre Suipacha y Esmeralda, en casa de los abuelos maternos.

Místico y farsante; escriba argentino convencido de que la literatura fantástica es una rama de la metafísica y que pronto se sabría condenado "a repetir los mismos versos pero con variaciones preciosas", como recordó años más tarde, en el epílogo a sus Obras Completas.

Borges murió en Ginebra hace 25 años; sujeto a los caprichos del tiempo y la eternidad, de la memoria y del olvido, profesó la filosofía de la perplejidad y tramó la mitología cotidiana de un Buenos Aires que nuca fue.

Ficción dentro de una ficción, hegeliano a ratos, víctima de los vaivenes del Espíritu y de la Historia, presintió (o soñó) que él también pudo sitiar Troya, ser Ulises, Jasón, Jesucristo" Ya en 1940, en un cuento titulado Tlön, Uqbar y Orbis Tertius, decía: "todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare".

La tentativa de la revelación

En el prólogo de Otras Inquisiciones escribió: "La música, los estados de felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo, ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren decirnos algo, o algo dijeron que no hubiéramos debido perder, o están por decir algo; esta inminencia de una revelación, que no se produce, es, quizá, el hecho estético".

A diferencia de Jasón y los argonautas, los personajes borgianos encontraron el vellocino de oro y no lo llevaron a casa, o lo escondieron, o simplemente lo olvidaron.

El mago Tzinacán no pronunciará jamás, en voz alta, las cuarenta sílabas que restablecerán al imperio azteca; Paracelso se negará a revelarle al joven discípulo la palabra que resucite a la rosa de las cenizas; y el secreto admirador de Beatriz Viterbo, por gracia del olvido, perderá en el recuero la tarde en la que vio el Aleph.

El infinito y la eternidad como maldición

Dice Maurice Blanchot, en El libro que vendrá, que Borges se enfrentó "a la mala eternidad y a la mala infinitud". Si Platón fraguó una utopía para los griegos que, en tanto bella, era buena, la utopía borgiana está deshecha: En El informe de Brodie, el rey de los Yahoos gobierna untado de estiércol; "le queman los ojos y le cortan las manos y los pies, para que el mundo no lo distraiga de la sabiduría".

La eternidad, perdurar, dilatar la vida, es lo mismo que morir una y otra vez. Fue en boca de Adolfo Bioy Casares (el personaje) que Borges arrojó esta claridad en las primeras líneas de Tlön: "los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres".

Con una utopía enferma y una eternidad maldita, la infinitud no puede ser otra cosa que horror: Funes, el memorioso, es prodigioso y abominable a la vez.

Pero el tiempo viene siempre al quite. En el poema Las cosas el olvido se transforma en el último bastión de la memoria: bastón, monedas y llaveros "no sabrán nuca que nos hemos ido".

Borges salió al encuentro del infinito y retornó con una misteriosa claridad sellada en unos versos de Alguien: "Quizá en la muerte para siempre seremos".

Empresas estatales garantizarán útiles para año escolar en Venezuela


Caracas, 30 ago (PL) Un total de 125 empresas estatales de Venezuela expenderán del 3 al 11 de septiembre útiles, uniformes y zapatos para el próximo curso escolar a precios accesibles, informó hoy el vicepresidente del Área Económica Productiva, Ricardo Menéndez.

El funcionario explicó que esas compañías estarán presentes en todos los estados del país y pondrán a disposición del público materiales de calidad con precios hasta 40 por ciento inferiores a los del mercado.

La prensa nacional publicará en el transcurso de la semana los puntos donde habilitarán las ferias en cada demarcación, explicó el también ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias en un contacto con el canal Venezolana de Televisión.

Por otro lado, hizo referencia a la entrega gratuita de 12 millones de textos de matemáticas, lingüística, ciencias naturales y sociales a cada niño de primero a sexto grado en las escuelas públicas del país.

Asimismo, recordó que en este nuevo año académico dotarán a los estudiantes de cuarto y quinto nivel con las computadoras Canaima para afianzar el manejo de las tecnologías de la información.

Según la ministra del ramo, Maryann Hanson, ese plan facilita la incorporación de la familia al proceso cognoscitivo del estudiante, fortalece los vínculos hogar-escuela y, en consecuencia, garantiza la adecuada apropiación de conocimientos, valores y conductas sociales del menor.

Recientemente, la funcionaria también anunció la entrega a cada alumno de la edición 367 de la revista infantil Tricolor, creada por el escritor Rafael Rivero Oramas en 1948 con el fin de recopilar y difundir los cuentos de la tradición oral venezolana.

Esa publicación -puntualizó- junto con los libros de texto, un nuevo canal educativo y las computadoras Canaima constituyen los recursos para garantizar el aprendizaje de alta calidad a todos los niños del país.

arc/ymr

Un provocador en sus frases y riguroso en asuntos del idioma

El nuevo Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances se formó leyendo los clásicos en sus idiomas originales

FERNANDO VALLEJO. Es autor de novelas, ensayos y biografías; llegó a México hace 40 años, en este país hizo sus tres películas y aquí también ha escrito sus libros (Foto: FERNANDO RAMÍREZ EL UNIVERSAL )


En febrero pasado, el escritor Fernando Vallejo cumplió 40 años de vivir en México, en la calle de Amsterdam, de la colonia Condesa.

Antes de venir a este país, el escritor había salido de su ciudad natal, Medellín, al noroeste de Colombia, a estudiar cine: “Me dio por el embeleco del cine -dijo en 2010 en una entrevista con EL UNIVERSAL-. Me fui a estudiar dirección de cine en Roma y luego terminé en México, donde había una industria cinematográfica que no existía en Colombia, y aquí filmé mis tres películas. Luego me desilusioné del cine y me puse a escribir”.

En este país realizó las películas Crónica Roja (1977) y En la tormenta (1980), ambas con temática acerca de la violencia colombiana. Después hizo Barrio de campeones y años más tarde incursionaría de nuevo en el cine, pero como guionista de su libro La virgen de los sicarios que fue dirigida por Barbet Schroeder. Aquella novela es, sin duda, la que más le ha dado a conocer entre los lectores no sólo de Colombia y América Latina, sino del resto del mundo.

También esa novela tenía por escenario la ciudad de Medellín, donde Vallejo nació en 1942, una ciudad que en sus libros está presente, una ciudad que añora con evidente nostalgia: “Aquí (en México) he vivido la mayor parte de mi vida, aquí filmé mis tres películas y aquí he escrito todos mis libros, pero aquí no me quiero morir -dijo en la entrevista-. Me quiero morir en Medellín para juntar allí los restos del naufragio y no morir desintegrado. Volviendo al comienzo, a lo que fui cuando era niño, que es cuando he sido más yo mismo. Me he pasado toda la vida añorando a Medellín. Yo nací para vivir en esa ciudad, no en otra, pero no pudo ser. Uno no hace lo que quiere. O por lo menos no lo he podido hacer yo”. (Esto comentó hace unos meses, sin embargo ayer dijo a la prensa que morirá en México).

Para cuando el libro y la película de La virgen de los sicarios se dieron a conocer, el narrador ya era uno de los escritores más sólidos de las letras en América Latina, con libros como los que componen la serie “El río del tiempo”: Los días azules (1958), El fuego secreto (1987), Los caminos a Roma (1988), Años de indulgencia (1989) y Entre fantasmas (1993).

La homosexualidad, la doble moral de las religiones, la transformación de una ciudad -llámese Medellín en las primeras obras, llámese México en el caso de Entre fantasmas-, la distancia del lugar donde se nació, el personaje que es el propio escritor y que nos habla en primera persona, la corrupción, la violencia, están presentes en esos libros y en los que han venido después. Algunos de ellos son los titulados Mi hermano el alcalde, El desbarrancadero (Premio Rómulo Gallegos en 2003).

En todo caso, a Vallejo le interesa escribir de su ciudad para aproximarse cada vez más a la exploración de lenguajes. Le preocupa, más que a muchos escritores, la pobreza y contaminación del idioma castellano.

“Este idioma nuestro perdió toda su expresividad y su gracia, y se anglizó y perdió el sentido elemental de la concordancia y el régimen que uno aprende de niño sin esfuerzos. Perdió su casticidad y se volvió un adefesio anglizado. Los gringos nos colonizaron hasta el alma”.

Acerca de la literatura de Vallejo, es errado afirmar que la oralidad es la que le da forma:

“Yo escribo en idioma literario vivificado por el habla, y más en concreto por el habla colombiana. Las frases mías tienen ritmo y sonoridad y emplean muchas fórmulas sintácticas propias de la prosa, no del coloquio. El que haya colombianismos en mis novelas no significa que éstas estén escritas en colombiano”.

La polémica, sus frases provocadoras, con frecuencia, han hecho que el novelista sea más conocido por lo que dice que por lo que escribe.

Tras una decisión férrea de no dar entrevistas, hace una década empezó a hablar. Sus palabras provocaron, en especial en el Colombia, la reacción de las buenas conciencias.

Provocador y desmesurado por momentos, el escritor colombiano -nacionalizado mexicano en 2007- ha sido congruente con lo que dice. Se ha mantenido firme, por ejemplo, en su negativa de volver a España, una vez que ese país exigió visa a los nacidos en Colombia.

El escritor vive en La Condesa con el escenógrafo mexicano David Anton y con Quina -“con Q, como la que se le echa al vodka”-. Una perra que tiene casi una década con ellos, que estaba en la calle y que es “mezcla de Alaska con no se sabe qué”. Una perra que le recuerda a Kim, la perra que tuvieron antes, y que había llegado a su vida después de Bruja, animal que se hizo cotidiano en varias de sus novelas. Bruja fue un personaje de quien se despidió en la novela Entre fantasmas; de ella, y de los miles de muertos que ocasionó el sismo de 1985 en la ciudad de México.

Vallejo fue en su infancia lector de clásicos de la literatura en sus idiomas originales -que aprendió por su cuenta-. Estudió filosofía, música y derecho, es pianista, director de cine, autor de 16 libros, entre novelas, biografías y obras científicas para las cuales acostumbra destinar años de investigación: 10 para la biografía de Barba Jacob, El mensajero; 10 de estudio de ciencias biomédicas para La tautología darwinista; cuatro para el Manualito de imposturología física; y más de dos para La Puta de Babilonia, “el sumario que le levanté al cristianismo de sus más grandes crímenes”.

Aunque son más de cuatro décadas de vivir fuera de Colombia, Vallejo tiene en la escritura una forma de seguir viviendo en Colombia:

“Haberme ido es uno de los más grandes temas de mi vida. Pero he estado volviendo todo el tiempo en mis libros cuando escribo. A lo mejor nunca me he ido de Colombia y sigo con el alma allá”, dijo el novelista.

En ese sentido, la vida del premio FIL de Literatura en Lenguas Romances coincide mucho con la del poeta colombiano Porfirio Barba Jacob, quien nació también en el departamento de Antioquia (cuya capital es Medellín) y que viajó por países de Centroamérica y creó en México su obra literaria. De Barba Jacob, Vallejo escribió El mensajero, la más importante biografía que se ha hecho hasta ahora, y prologó su obra poética.

“La vida de Barba Jacob coincide en mucho con la mía, empezando porque él como yo somos de la región de Antioquia, y siguiendo porque él murió nueve meses antes de que yo naciera, y más aún porque tenía una concepción de la vida parecida a la mía. Lo que Porifirio Barba Jacob sí nunca vio fue el dolor de los animales. Por lo visto no le dio el alma para tanto. Con lo cual pienso que, por excepcional que hubiera sido y pese a su gran inteligencia, resultó siendo una persona del común”.

Polémico en muchos momentos, Vallejo ha criticado a los presidentes colombianos y mexicanos, así como a intelectuales, escritores, burócratas... La iglesia católica, los gobiernos populistas, los dictadores y los que nos respetan la vida animal y vegetal son objeto de sus críticas:

“Me hago responsable de mis frases siempre y cuando no me las cambien ni me las saquen de contexto”.

domingo, 21 de agosto de 2011

Adalid de las letras y el verso

Pedro Pablo Paredes




Es otro de los eximios hijos adoptivos del Táchira.

Trujillano por nacimiento, merideño de crianza y tachirense por convicción, Pedro Pablo Paredes, uno de los poetas y literatos excelsos de Venezuela. Premio Municipal de Poesía del Distrito Federal en 1976 y Premio Nacional de Literatura en 1992, hizo cabalgar en los Andes con Rocinante al Quijote inmortal de Miguel de Cervantes al revivir en prosa y verso el testimonio de las vivencias de los compañeros del ingenioso hidalgo.


Sus “Leyendas del Quijote”, editado por la Universidad de Los Andes en 1976, es un auténtico foro cervantino, glosario de vivencias y experiencias de los personajes del aventurero errante, no sólo le ameritaron un sillón de honor como individuo de número en la Academia venezolana de la Lengua en 1979, sino que su obra fue aceptada por unanimidad en la Academia de estudios manchegos en España.


--- Fue el primer clásico que leí de niño allá en el caserío donde nací en La Raya, la franja divisoria entre La Mesa de Esnujaque de Trujillo y Timotes de Mérida --- el bardo interestatal hilvana pensamientos entre saudades y melancolías en la biblioteca de su casa en la quinta “La Guaricha” de la urbanización Torbes ---. Me lo prestó Rafael Plaza, el pulpero del pueblo que lo guardaba como reliquia debajo del rústico mostrador junto con varias novelas y cuentos---. Me impactó y emocionó tanto que lo compré de adolescente y todos los años lo leía y releía. Pensaba que quizás algún día podía acaso escribir algo sobre aquellos fascinantes personajes de Cervantes. Al fin pude lograrlo años más tarde, cando ya tenía editados algunos ensayos, crónicas y poemas.


Era la décima séptima publicación del literario andino. Después ha publicado otros nueve libros. Todos signados por su peculiar estilo lírico y donairosa prosa costumbrista. Sus producciones más recientes las vierte en una semblanza biográfica de Juan Vicente Gómez, un compendio analítico de la música sinfónica con rasgos biográficos de los más connotados compositores y una visión histórica y cultural de Colombia. Perfiles de evocación y proyección de algunos de los temas y personajes que más le apasionan.


Allí, en su modesta biblioteca de “La Guaricha”, sobresalen frente a libros y carpetas los bustos en miniatura de Miguel de Cervantes y Juan Vicente Gómez. A un lado, junto a un retrato de Bolívar y una efigie en bronce de Ludwig van Beethoven, destaca una lámina a colores de la Virgen y la foto de la maestra y abogada Carmen Giselia Zambrano, la esposa abnegada y compañera insegurable, recientemente fallecida a los 79 años de edad.


En pórticos de la fama


Este es el paraje lírico del escritor y poeta.


Frente al ventanal principal de “La Guaricha”, ha compuesto casi todos sus sonetos, ensayos y crónicas en una vieja máquina de escribir Underwood desde hace unas tres décadas.


Pedro Pablo Paredes Rodríguez, hijo de una costurera y un agricultor, ambos timoteños, tiene ahora 88 años. Nació el 21 de enero de 1917, día de Santa Inés.

Desde niño, compartía labores con su padre Sixto Paredes e los conucos de trigo, arvejas y garbanzos. Arreaba también a los bueyes de la finquita familiar y le llevaba las viandas con comida a los peones. Por la tarde, ayudaba un poco a la madre Aurora Rodríguez, quien alternaba el oficio de costurera con las faenas agrícolas.

--- Fuimos cuatro hermanos, tres hembras, todas difuntas, y yo, el único varón ---.

Pedro Pablo añora con recato su infancia en el remoto caserío La Raya---. Las primeras letras me las enseñó papá, quien era un gran lector. Tenía muy pobremente una biblioteca selecta. Fue el quien me inculcó esa pasión de leer y escribir. En la biblioteca, papá clasificaba muy ordenadamente, las obras clásicas, entre ellas toda la colección de Víctor Hugo, poemarios de Lope de Vega y Fray Luis de León, cuentos, novelas de ficción y aventuras. Tampoco faltaban las románticas. Para esa época, estaba muy en boga el novelista bogotano José María Vargas Vila, muy criticado, aunque muchos también lo admiraban, sobre todo las mujeres que se dislocaban por “Flor de fango”. Cuando cumplí siete años, mis padres me inscribieron en la escuelita de Timotes, la “Canónigo Uzcátegui”.
Uno de mis primeros maestros fue Jesús María Espinoza, excelente educador. Allí concluí mi primaria. Entonces, urgido por la situación, tuve que ir a Mérida para trabajar de cuidador en el garaje más moderno que existía entonces en la capital.
Casualmente, un día estuvo en el estacionamiento un muchacho de Timotes muy amigo mío que estudiaba derecho en la Ula. Era Edecio La Riva Araujo, quien después ya graduado en abogacía, se trasladó a Barquisimeto y más tarde a Caracas. Con el tiempo se hizo político, dirigente de Copei y hasta lo eligieron Senador. Edecio fue quien me ayudó a cambiar mi vida luego de aquel encuentro casual en Mérida.

Al otro día de aquella entrevista, el futuro congresista, regresó al estacionamiento para sorprender al poeta en ciernes con una noticia halagadora. Estaban distribuyendo becas entre jóvenes sin recursos, para estudiar en la Escuela Normal de San Cristóbal. Paredes acudió esa misma tarde a presentar el examen de evaluación. Fue el primero de una veintena de muchachos en terminar la prueba.

Le dijeron que de ser aprobado, le avisarían a Timotes donde regresó a la semana siguiente al terminar su trabajo en Mérida.

--- Como al mes, recibimos alborozados el telegrama. Me habían concedido la beca. Mamá me acomodó la poca ropa que tenía y me vine a San Cristóbal el 29 de noviembre de 1939, a los 22 años de edad. En La Normal estudiamos gramática, teoría literaria, historia patria, urbanidad y buenas costumbres. A los cinco años, me gradué de maestro. Entonces, decidí irme a Caracas a completar mi aprendizaje de Castellano y Literatura en el Instituto Pedagógico, allá por los Caobos. A los cuatro años obtuve mi título de profesor en letras y me fui a buscar trabajo en el Ministerio de Educación. Tuve la gran suerte que al llegar, el encargado de seleccionar personal, me dijo que si me iba al otro día a San Cristóbal, podía ocupar uno de los cargos vacantes. Así pude felizmente regresar ya empleado al Táchira de mis ilusiones.


Los sueños del joven bardo graduado de pedagogo, se hacían realidad. San Cristóbal le ensanchaba puertas al éxito y a la fama.


Entre brumas y soledad


Tenía apenas 27 años el poeta y normalista Pedro Pablo Paredes cuando publica su primer libro. “Silencio en tu nombre”, una compilación de sonetos escritos en su adolescencia, fue editado en 1944 en San Cristóbal.


Ese mismo año recibe en la Escuela Normal su título de maestro. Y ya a los dos meses estaba impartiendo clases de primaria en el colegio. En 1946, cuando alistaba su primero viaje a Caracas para estudiar en el Instituto Pedagógico, edita su segundo poemario, “Transparencia”, una nueva recopilación de sus sonetos románticos y nostálgicos de su juventud en Timotes y La Mesa de Esnujaque.

--- Todavía Caracas era la ciudad de techos rojos, hospitalaria y pueblerina--- y se solaza el poeta rememorando la transmutación de la capital en urbe dinámica y progresista ---. Comenzaba a ser sustituidos los viejos tranvías de rieles por los trolebuses con perchas eléctricas y grandes ruedas de goma. En el Pedagógico me hice gran amigo del humanista y escritor Eduardo Crema, de ascendencia italiana, pero con afecto inmenso por Venezuela. Era director del Instituto y fue mi maestro de literatura. Regresé a San Cristóbal en 1952. Al poco tiempo me emplearon de profesor de Literatura en el Liceo Simón Bolívar. Luego pude incorporarme al profesorado de la Universidad Católica en la escuela de Letras. Ya estaba casado. Tuve la dicha de haber conocido aquí en San Cristóbal cuando estudiábamos juntos en la Escuela Normal a Carmen Griselia Zambrano, una atractiva tovareña, que coincidencialmente también se fue a estudiar Derecho en la Universidad Central en la misma época que yo cursaba en el Instituto Pedagógico.

Había sido un amor a primera vista. Nos enamoramos apasionadamente. En 1952, al regresar al Táchira ya graduados de Caracas, ella de abogado y yo pedagogo, la celebración académica se convirtió en matrimonio. Tuvimos cinco hijos, tres hembras y dos varones. Augusto, el mayor murió muy joven. Sobreviven Pepe, Laura, Aurarima y María Colombia. Mi mujer fue una esposa y madre ejemplar, afectuosa, muy inteligente. Ejerció con éxito y dignidad el derecho laboral, pero igualmente le atraían las letras. Le gustaba escribir. Su pasión era el indigenismo.

Nuestra segunda hija la bautizamos Araurima. También quiso mi mujer que esta casa donde vivimos tantos años felices, se llamara “La Guaricha”, voz cumanagota que identifica a la joven indígena. Carmen Griselia había cumplido 79 años. Estaba enferma desde hacía algún tiempo. De pronto se agravó y falleció. Ha dejado una enorme pesadumbre y aflicción. En nuestro hogar y nuestras almas.

En el silencio angustiante de la casa solitaria y triste, el escritor y poeta de verso emotivo y elocuente, cerró la verja de la quinta vacía.


A lo lejos, se agitaba ahora el viento en el brumoso atardecer de San Cristóbal.

La lectura en Venezuela

La revista Producto publica en su edición de febrero un interesante estudio sobre el lector venezolano. En Venezuela rara vez se hacen estudios de este tipo, y Producto ha resumido aquí los resultados de dos informes de mercado del Centro Nacional del Libro: uno enfocado en los textos escolares y otro en los de interés general.

En un país que destaca por la casi absoluta carencia de campañas de lectura, estudios de este tipo serían importantísimos si a alguien se le ocurriera ponerlas en marcha. Las escasas iniciativas de fomento a la lectura se concentran principalmente en la capital. Pero aquí, en la provincia, tales iniciativas son aisladas y muy esporádicas, y, en definitiva, quien lee es porque es muy pilas.

El estudio aventura una proyección del universo venezolano de lectores:

según edad y nivel socioeconómico, el grupo de “padres lectores” representa 1,2 millones de personas, el de “abuelos jóvenes lectores” más de 76.890 personas y los “adultos lectores” más de 27.250, para un total de unos 1,3 millones de consumidores de textos escolares, quienes, a su vez, son formadores de potenciales lectores.

La edición está mayoritariamente reducida a tirajes de mil ejemplares y en los campos temáticos la literatura ocupa un tercer lugar, con 9.000 títulos entre 1985 y 2003 (el primer lugar lo ocupan las ciencias sociales con 14.000). En 2003 se imprimieron 13,8 millones de ejemplares; en 2004 esa cifra casi se duplicó, llegando a 23,7 millones (9,7 de los cuales se concentraron en 18 títulos).

Otro dato interesante: de cada cincuenta compatriotas uno es autor. El estudio presenta detalles sobre la distribución de los tipos de lector, pero especialmente pasmosa resulta la “demografía lectora” de Venezuela:

En el país hay un punto de venta de libros por cada 16.776 personas, un infocentro por cada 107.370 personas, una biblioteca pública por cada 35.216 personas, una escuela por cada 860 personas y una infraestructura cultural para 47.838 personas.

Sin embargo, estas cifras representan notables incrementos respecto a como estábamos, digamos, hace diez años, y parece que es una tendencia latinoamericana. Un punto esperanzador para quienes nos mantenemos en la órbita del libro es que las editoriales han notado este comportamiento y están actuando en consecuencia.

Tomado de Jorgeletralia

Ganó Roberto Méndez premio internacional de Ensayo

20 agosto / Fuente original: Granma

Roberto MéndezEl escritor cubano Roberto Méndez sumó un nuevo hito a su aureada carrera literaria al conquistar el Premio Internacional de Ensayo mariano Picón Salas por su obra El tiempo dorado por el Nilo; otra lectura de José Lezama Lima.

El jurado, integrado por el antropólogo mexicano Héctor Díaz-Polanco, el argentino Pablo Gentili y la venezolana Mariana Libertad Suárez, que obtuvo el galardón el año pasado, anunció el veredicto el viernes en la sede del Centro Rómulo Gallegos (CELARG).

Su proclamación tendrá lugar oficialmente el próximo 19 de octubre, cuando esté lista la publicación de la obra ganadora, que circulará en Venezuela.

Méndez, cuyo ensayo compitió contra otras 94 obras, nació en 1958 en Camagüey; ha dedicado su vida profesional a la poesía, la narrativa y el ensayo. Es miembro de la Academia Cubana de la Lengua y consultor del Pontificio Consejo para la Cultura de la Santa Sede. También es integrante de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Unión de Historiadores de Cuba.

Entre otros galardones, ha recibido el de Poesía Nicolás Guillén (2001), el de Ensayo Alejo Carpentier (2007) y ha sido merecedor cuatro veces en la última década del Premio anual de la Crítica.

En el veredicto se resalta la original manera de abordar el arte poético y narrativo de José Lezama Lima más allá de la mera crítica literaria.

VENEZUELA: Hay trío de concursos literarios para final de año

Las escritoras y escritores criollos tienen un festín servido. Este mes surgieron tres concursos simultáneos para estimular el desarrollo de la literatura. Las instituciones que están promoviendo dichos certámenes son la Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven). La Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura celebrarán del 24 al 26 noviembre la IV Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares, en la que se realizarán cuatro concursos literarios: poesía, narrativa, ensayo y memoria colectiva (crónica), con premio único para cada género de 10 mil bolívares fuertes. El Celarg convoca a la primera edición del Premio Nacional de Cuento Guillermo Meneses. Los interesados tienen que consignar su relato entre el 30 de agosto y el 30 de septiembre. El ganador obtendrá seis mil bolívares fuertes, un diploma y su relato será publicado en la Revista SUR/versión, en 2012. La Sacven lanzó el VIII Concurso Nacional de Cuentos que premia con siete mil bolívares fuertes al ganador y la publicación de su obra. La convocatoria cierra el 30 de noviembre.

Falleció a los 94 años el escritor Pedro Pablo Paredes

Pedro Pablo Paredes, maestro, escritor, poeta, ensayista, con más de diez obras publicadas y centenares de artículos redactados.




( Laura Sobral )

Falleció el escritor, poeta, ensayista y educador Pedro Pablo Paredes, este martes 16 de agosto, en horas de la mañana, a sus 94 años de edad, dejando un gran legado de cultura y enseñanza en sus numerosas obras escritas, así como en su paso por diversas instituciones venezolanas.

Pedro Pablo Antonio de Jesús Paredes nació en el Caserío La Raya de La Mesa de Esnujaque, en el estado Trujillo, el 21 de enero de 1917, y su infancia transcurre en la vecina población merideña de Timotes.

Según cuenta el historiador Luis Hernández Contreras, en su escrito sobre la vida de Pedro Pablo Paredes, el 29 de noviembre de 1939 se radicó en San Cristóbal, para cursar estudios en la Escuela Normal Federal, y para 1943 recibe el grado de Maestro Normalista, en una promoción de diez personas, y desde allí se queda para dar clases en la misma institución.

Narra Luis Hernández que, para julio de 1947, ve la luz su libro de versos Transparencia, el que realiza en la Tipografía Cortés de San Cristóbal. Reside en el Táchira, pero publica en Caracas, Alabanza de la Ciudad, poemario impreso en los talleres de artes gráficas de la Escuela Técnica Industrial de esa capital. Está dedicado al poeta tachirense Juan Beroes, quien lo prologa y es una edición homenaje de José Antonio Escalona-Escalona.

"Ya en 1953 egresa como profesor de Castellano, Literatura y Latín del Instituto Pedagógico de Caracas. Durante una década se desempeñará como director de la Escuela Rubén González de Caracas y profesor de bachillerato en los liceos Alcázar, Urdaneta, Padre Chuecos, Santa María e Independencia de la capital venezolana. Es docente de la Escuela de Formación de Guardias Nacionales de las Fuerzas Armadas de Cooperación y en la Escuela Militar de Venezuela. Realiza también labores administrativas como Supervisor de Distrito en Caracas y trabaja en la Oficina Nacional de Alfabetización. Ejerce, además, una ferviente tarea como columnista y colaborador de la Revista Educación, del Ministerio de Educación; Revista Nacional de Cultura, Revista Shell, y los periódicos El Nacional y El Universal", dice la biografía de Pedro Pablo Paredes, titulada "La palabra hecha obra", escrita por su 91 cumpleaños.

Pedro Pablo Paredes ha sido miembro de la Academia Venezolana de la Lengua, Asociación de Escritores de Venezuela, Círculo de Escritores de Venezuela, Sociedad Bolivariana de Venezuela, Centro de Historia del Táchira, Academia de Historia del Táchira, Sociedad Bolivariana de Cúcuta y Sociedad Bolivariana del Táchira, en la que fue durante un tiempo coordinador del boletín.

Este ilustre venezolano que hoy apagó su pluma, además, es el autor de El Soneto en Venezuela (1962); Emocionario de Laín Sánchez (1965); Calificaciones (1966); Leyendas del Quijote (1976); Antología de la Poesía Venezolana Contemporánea (1981); Pueblos del Táchira (1982); La Ciudad Contigo (1984); Bolívar Escritor (1984); A la luz de Bello (1998); Entre Patria y Patria (1999); Gavilla de Lumbres (2000); Colombia en el Corazón (2001); Pura Música (2002).

Con su compañera Carmen Zambrano de Paredes, vio crecer a su familia, al traer al mundo a sus hijos Rafael Augusto, Laura Josefina, Pedro Pablo (Pepe), Leda Araurima y María Colombia, de quienes luego llegaron los nietos y los bisnietos.

Fue Presidente del Salón de Lectura Ateneo del Táchira, y en 1992 recibió el Premio Nacional de Literatura, que viene a engrosar la larga lista de reconocimientos, galardones y menciones honoríficas que cosechó a lo largo de su camino.

Al describirlo, Luis Hernández asegura que Pedro Pablo Paredes fue: "contundente, para criticar las equivocadas políticas culturales del Estado venezolano; amoroso, para cantar a la mujer y a Colombia; irónico, para descubrir las falacias de nuestros políticos; sobrio, para esculpir a los grandes de las letras de todos los tiempos; poético, para enamorarse de San Cristóbal; sincero, ante la crítica del trabajo literario de quien lo confiara a su atinado juicio. Pareciera escribir como ha hablado, con su voz chillona, siempre con sus pausas medidas, empleando las comas, para asentir, para discrepar, para enfatizar, para aclarar".

Desde Diario La Nación se envían las más sentidas condolencias a sus familiares y amigos, por la desaparición física de Pedro Pablo Paredes; sus restos son velados en la Funeraria Paolini de San Cristóbal.

José Pérez y el caballo que ganó

Día de gracia


Augusto Hernández | augusther@cantv.net

Según mi caprichosa definición del asunto, hay dos tipos de escritores margariteños. Unos son los nativos de Nueva Esparta que escriben sus obras a bordo del territorio insular o en cualquier rincón del mundo y los otros son aquellos que llegan de diferentes regiones de Venezuela, se radican en este terruño, se impregnan de margariteñidad y arrancan a producir cuentos, novelas o poemas tan margariteños como el que más.

José Pérez es un oriental nativo de El Tigre, quien, antes de nacionalizarse como margariteño, obtuvo el título de Licenciado en Letras (ULA Mérida 1986-1990) y realizó estudios de doctorado en Filología Hispánica (España, Universidad de Oviedo, 2005-2010, en fase de discusión de tesis). Actualmente prepara su tesis doctoral sobre un insigne autor margariteño.

Desde 1991 se desempeña como Profesor Agregado de la Universidad de Oriente núcleo de Nueva Esparta, en el área de Lingüística. Pertenece a la Red Nacional de Escritores y ha participado en las ferias del libro y festivales de poesía convocados durante este proceso revolucionario. Ha publicado diez libros: “Jardín del tiempo” (Cuentos, 1991), “Callejón con Salida” (Cuentos, 1994), “Por la Mar de Luis Castro” (Ensayo, 1995), “De par en par” (Cuentos, 1998), “No Lisis, No Listesis” (Cuento, 2000), “Pájaro de mar por tierra” (Cuentos, 2003), “Como ojo de pez” (Poesía, 2006), “Fombona, rugido de tigre” (Novela, 2007), “En canto de Guanipa” (Poesía, 2007) y “Páginas de abordo” (Poesía, 2008).

No les enumero los premios que ha ganado para que me quede un espacio donde expresar lo que intento decir sobre este personaje.

Lo que sí resulta obligante mencionar es que el jurado que acaba de distinguirlo con un prestigioso premio nacional, que primero debió seleccionarse como el mejor entre todos los aspirantes de Nueva Esparta y luego compitió con todas las selecciones nacionales, emitió el siguiente análisis: “a juicio del jurado ‘Caballo que Pasa Gana’ es una propuesta estética del autor donde se gana una claridad creciente acerca del camino por el cual debemos buscar ese tránsito del lenguaje en su más estricta significación hacia la expresión autentica, precisa y al propio tiempo de un perdurable realización del cuento, como género”. La desgracia de los grandes escritores venezolanos, en particular los de provincia, es que luego de lograr un perfecto dominio de su oficio y escribir cosas maravillosas, sus libros se ven condenados a ser impresos por un organismo oficial que entregará un máximo de 3.000 ejemplares para su distribución gratuita. La gratuidad no deja de ser una maravilla, pero, como podría ocurrirle al “Caballo que pasa gana”, resulta que a los caballos regalados la gente no los aprecia en todo su valor pues parece que admiran a los costosos ejemplares que no pueden comprar.

Eventualmente habrá de destaparse como autor conocido y con prestigio nacional y quizás allende las fronteras, pues su obra lo amerita.

Posiblemente eso ocurra al publicarse su tesis doctoral “Poética y Somari de Gustavo Pereira”, que comprende un estudio acucioso de este insigne poeta, con quien lo une una amistad fraterna y casi familiar. Gustavo Pereira es el autor del Preámbulo de la actual Constitución Nacional venezolana, margariteño y puntapedrero, por más señas.

¿Para qué te pidieron un libro?

Domingo 21 de Agosto de 2011 | El supuesto interés de los padres por la relación de sus hijos con los libros es negado por la conducta de la mayoría de ellos. Si los padres no leen, no pueden pretender que sus hijos lo hagan. Menos aún si no valoran los libros.

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 ESE IMPRESO OBJETO DEL DESEO. Las editoriales exploran nuevos formatos para seducir a los pequeños lectores.

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Por Mario Kostzer
Para LA GACETA - Tucumán

Pareciera que es parte de un ritual en el que participan todos por igual. Padres, educadores, la sociedad toda, deben arengar a favor de la lectura. Queda bien, tranquiliza y exime de culpas, aunque dudo que este proceder por si solo consiga el objetivo perseguido: que los chicos lean.
¿Qué los chicos lean aunque los adultos no lo hagan? ¿Qué los chicos lean lo mismo que los adultos? ¿Qué queremos decir los adultos cuando expresamos a viva voz nuestro deseo de reproducir lectores? ¿Qué hacemos los adultos para que los chicos amen los libros?
Mis años de librero me han hecho ver algunas conductas de los adultos que no condicen con este afán por difundir el hábito. En los últimos años las escuelas han empezado a dar mucha importancia a la literatura complementaria. Gustavo Roldán, Antonio Santana, María Inés Falconi, Elisa Roldán, Ricardo Mariño, Elsa Bornemann y Luis Maria Pescetti, entre otros autores contemporáneos de literatura infanto- juvenil han comenzado a entrar al aula e incluso al mismo hogar. Por supuesto que toda esta tarea se encara bajo la dirección de los docentes que recomiendan y estimulan. No siempre los padres han sabido acompañar o entender la importancia de esto.

- ¡Mirá en lo que me haces gastar!
- ¡Está loca la maestra! ¿Para qué te pide esto?
- ¿A esta altura del año te piden un libro? (afirmación que se hace en cualquier momento del año).

Estas son pequeñas muestras de alguno de los alegatos a favor de la ignorancia que se repiten en los mostradores de las librerías saliendo de la boca de muchos de los responsables directos de la educación, es decir los padres. La peor de todas es una que degrada totalmente el libro y que se escucha mucho también:

- Para lo que lo van a usar... ¡No sé para qué compramos esto! ¡Si ni lo leen!

Ese libro recién comprado acompañado de la violencia de esa temeraria afirmación no sirve para nada. El chico le verá utilidad tal vez como el elemento necesario para equilibrar una silla con una pata más corta que las demás o un pisapapeles vistoso, pero no hará esfuerzos por entender lo que le ofrece aquello que su progenitor le indicó como innecesario.
Hasta aquí pareciera que todo está perdido aunque realmente no estoy convencido que sea así. El ejemplo estimula el afecto por los libros. Un padre que se toma el trabajo de leer con su hijo un libro consigue, el resultado que da frutos interesantes.
- "Lloré con mi hija cuando leímos Los ojos del perro siberiano", me confesó una madre que experimentó las ventajas de emprender esta tarea.
Hacer atractiva la lectura en el aula es también un desafío que algunos docentes encaran. Hay técnicas de narración que hacen que los cuentos se dibujen en riquísimas imágenes en las cabecitas de cada uno de los alumnos a quienes se estimula con el relato. Basta con buscar caminos alternativos, experiencias creativas y los frutos estarán a la vista. ¿Por qué no hacerlo?
© LA GACETA

Mario Kostzer - Librero, escritor y editor. Tiene libros
infantiles publicados en la Argentina y en Brasil.

lunes, 8 de agosto de 2011

12 millones de libros gratuitos para niños de primero a sexto grado

En el mes de septiembre iniciará la distribución

Detrás de la producción hay más de 60 personas trabajando en los contenidos, adicional al equipo de diseñadores, diagramadores y correctores
Prensa Web RNV
8 Agosto 2011, 12:59 PM
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Escuche a la ministra del P.P. Educación, Maryann Hanson (Mp3 5min 13seg)
Haga click para escuchar el audio

(Número de descargas: 16)

Cada niño y niña de las escuelas oficiales nacionales, estadales, municipales y parroquiales recibirá cuatro libros de Matemática, Lengua y Literatura, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales; cuya distribución iniciará a partir del mes de septiembre.

12 millones de libros –de manera gratuita- llegarán a todos los niños en edad escolar, tres millones por cada área de estudio, medida que impactará positiva en el presupuesto familiar, informó Maryann Hanson, ministra del Poder Popular para la Educación.

Cada texto, elaborado con amor y profesionalismo, ha sido validado por los propios estudiantes, quienes en su mayoría mostraron preferencia por los materiales de ciencias naturales y matemática, comentó durante su participación en el programa Toda Venezuela, que transmite Venezolana de Televisión.

Detrás de la producción de estos 12 millones de libros hay más de 60 personas trabajando en los contenidos (docentes e investigadores), adicional al equipo de diseñadores, diagramadores y correctores de estilo, talento nacional.

La reproducción del material está a cargo de la Imprenta Nacional y la imprenta del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, precisó Hanson, al detallar que se están apoyando en la logística del Consejo Nacional Electoral.

Para la distribución se requieren diariamente 30 gandolas, facilitadas por los ministerios de la Defensa y Alimentación, para garantizar que todos los niños y niñas reciban sus cuatro libros la primera semana del mes de septiembre.

Textos
Los textos de Lengua y Literatura integran la serie de libros "Cardenalito" que va de primero a sexto grado.
En el área de Matemáticas, el texto para primer grado es "Contemos"; en segundo grado "Triángulos, Rectángulos y algo más"; en tercer grado "Aventuras de Pata Caliente"; en cuarto grado "Contando los recursos"; en quinto grado "La Patria Buena", y en sexto grado el nombre está por definirse.

Para el área de Ciencias Naturales la serie la conforman: para primer grado "Explorar, crear e inventar"; para segundo grado "Comunidad con ciencia"; en tercer grado "La tierra, nuestro hogar"; cuarto grado "El pequeño gran mundo de las ciencias naturales", y en quinto y sexto no se han definido los nombres.

Los textos para Ciencias Sociales, serán la serie de libros "Viva Venezuela" que va de primero a tercer grado, y de cuarto a sexto grado la serie "Venezuela y su Gente", textos que cuentan con un enfoque geohistórico, que será más fácil de comprender por los niños debido a contenido interactivo.

YBV


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