No saben el tiempo que les demandará la tarea
de recuperación de entre mil y mil quinientos libros que el lunes
quedaron bajo agua.
Apuntados con ventiladores y con el permanente
trabajo de interfoliado, esperan recuperar la mayor cantidad de textos.
foto: luis cetraro
Santa Fe ,Argentina
Un cartel en la puerta de entrada de la Biblioteca
Pedagógica y Popular Domingo F. Sarmiento pide disculpas. No hay
atención al público, sólo se aceptan devoluciones. Todo el personal está
abocado a las tareas de restauración de los más de mil libros que se
empaparon con el temporal del lunes pasado.
Los últimos estantes que contenían entre mil y mil
quinientos libros (no saben muy bien la cifra específica) se taparon de
agua, la habitación llegó a tener 25 centímetros de agua.
Todos están apenados, pero en la sede de San Martín
2839, el personal no para de rescatar libros y más libros procurando su
secado: los colocan de manera vertical (los que se pueden) e
‘interfolian‘, es decir ponen entre hoja y hoja del libro una hoja de
papel, que cuando absorbe el agua debe ser cambiada nuevamente.
En sillas, mesas, tendersoles... hay libros. Algunos
tienen la indicación de “mojado”, otros de “húmedo”, todos están
apuntados con ventiladores. Ya los libros contenidos en los últimos
estantes de las bibliotecas están a una buena altura siendo
cuidadosamente recuperados.
Olga Mijoch es la vicedirectora de la Pedagógica y
mientras exhibe el panorama que lucen las distintas habitaciones del
edificio se muestra preocupada. “Realmente no sé cuándo vamos a terminar
con esta tarea, pensábamos que para Navidad, pero no sé... Primero hay
que ponerlos de forma vertical, pero no todos pueden ser colocados de
esa manera”. Y va derecho hacia un libro de 1.400 páginas que por su
peso no puede sostenerse y está siendo secado por esta minuciosa tarea
de interfoliar. “Los Curtis de Biología, uno de los libros más
solicitados. Encima se nos mojaron los dos, el de tapa dura y el de tapa
blanda”.
Cuenta que los textos más afectados fueron los de
biología, arte, cine, medicina, economía, también los de música y
matemática, pero estos últimos eran manuales, los otros “son tratados”.
“Algunos son irrecuperables, otros se podrán volver a adquirir”.
Una vez que las hojas están secas, recién ahí se los
prensa para que no pierdan el formato. Olga relata que en todos los
estantes bajo agua el primer libro que se sacó se tuvo que romper por el
volumen que habían adquirido.
El curso del agua
El 13 de enero comenzaron las refacciones en la
biblioteca y se detuvieron más de una vez “por falta de subsidio”. El
último parate fue hace tres meses. “Se pensaba que en 90 días iba a
estar, pero fuimos pidiendo extensiones del subsidio”.
La bibliotecaria cuenta que hace meses que divisaron
el problema en algún desagüe que no funcionaba. “En mayo yo envié fotos y
video a la empresa comunicándoles que entraba agua, atrás de una pared
cuando llueve es una catarata... La parte del desagüe no estaba
presupuestada pero sí la empresa estaba informada del inconveniente y
sabía que había que solucionar este problema de ingreso de agua”,
subraya.
Según manifestó la vicedirectora de la institución
tanto el arquitecto de la empresa como la arquitecta de la Dirección
Provincial de Infraestructura Escolar mantuvieron diálogos para resolver
lo antes posible el problema.
Por último agradeció a AGL (Artes Gráficas del
Litoral) por la donación que concretó de papel de diario para el secado
de los textos y al museo de Ciencias Naturales que ofreció ventiladores.