Prensa Web RNV 9 Diciembre 2009, 08:18 PM | |
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Poeta chileno considerado entre los mejores y más influyentes del siglo XX, además de destacado activista político de tendencia progresista.
Prensa Web La Radio del Sur
12/12/2009 02:34 pm
Por una u otra razón nunca tuve libros del Chino Valera Mora. Ya se sabe lo difícil que es conseguir cierta literatura en el interior de Venezuela; en la época en que viví en Caracas sus libros se me escapaban, generalmente por desinterés de mi parte, pues leía poca poesía entonces. Así que me he tenido que conformar con leer poemas sueltos del Chino aquí y allá.
Hace unas semanas tuve que ir a Valencia por asuntos de trabajo y me perdí. Para quien no conoce esa ciudad, Valencia es, vialmente hablando, un misterio. Quizás fue mala suerte de mi parte, pues cada transeúnte al que consultaba me daba indicaciones que contradecían las del anterior.
Lo cierto es que así me vi, sin planearlo, ante la entrada de un gran centro comercial. Después de almorzar me puse a recorrerlo y hallé una librería Kuai Mare, donde entre otras cosas se consigue buena literatura venezolana. Y ahí estaba esperándome el Chino en la Nueva antología preparada por Gabriel Jiménez Emán e incluida en la Biblioteca Básica de Autores Venezolanos de Monte Ávila.
El Chino Víctor Valera Mora escribió una de las poesías más coloridas de la literatura venezolana, aunque básicamente se paseó a través de sólo dos objetos poéticos: el amor y la política. Sin mayores dificultades, salta de una poesía en la que retrata todo lo humano —el amor, claro, pero también el dolor y los hechos cotidianos— a esa poesía militante que igualmente han escrito Cardenal, Dalton, Neruda. Igual en ambos extremos se lucía. Como “poeta político”, por llamarlo de alguna manera, la música de sus letras opaca lo que de panfletario pudiera tener su pensamiento:
Si me tapan los oídos con que oigo
a mis hermanos pálidos y hambrientos,
hablaré seriamente con el aire
para que se abra paso hasta los sesos.Y si una bala loca se enamora
de mis sienes violentas,
yo seguiré pensando con los huesos.“Canción del soldado justo” (fragmento), en el libro homónimo de 1961.
Esa misma pasión desenfrenada se mantiene en los poemas en los que habla de la mujer. Su poema emblemático, lo saben sus lectores, es ese “Oficio puro”, del libro Amanecí de bala (1971) cuyos dos primeros versos (“Cómo camina una mujer que recién ha hecho el amor / En qué piensa una mujer que recién ha hecho el amor”) pululan en los murmullos de las tertulias venezolanas cuando a alguien se le ocurre la feliz idea de mencionar al Chino. El amor es, en su poesía, una fuerza telúrica:
Cuando amo despejo las terrazas
La noche es el sol contenido en los huesos
de las bestias muertas
Mis espaldas hendidas por la mecánica celeste
En tu cuerpo me tenso como un arco
y derribo las puertas y estallo en las alturas
y la rama dorada se me ofrece
Voy hasta el fondo
El asunto es de pura animalidad
Somos tú y yo y la poética“Teoría y solfeo”, en Amanecí de bala.
Es, también, un misterio:
Yo he bebido aguas de oro de la mujer amada.
Yo he bebido sangre sudor y lágrimas
de la amistad de la mujer amada
Vapuleado por los celos y las incomprensiones
he bajado a los dos infiernos y he visto
una gran sombra y una puerta secreta.“Laberinto”, en Del ridículo arte de componer poesía (1994).
Y en algún caso, como es de esperarse, mezcla sus dos amados objetos:
Ya la boca me duele Emilba Rave
me duele de tanto decirte que jamás
he pensado pasarte a la Revolución
y menos por mi culpa vayas a hundirte en el infierno
Que es palabra de hombre hablarte de este modo
Que deseo arrasarme en el sol de tu vientre
Averiguarte con los hierros de trabajar la carbonería“Tender”, en Amanecí de bala.
Valera Mora murió antes de tiempo, como suelen morir los poetas, o quizás un poco antes. No había cumplido los cincuenta cuando, en 1984, lo alcanzó la muerte.
De los poetas como él se suele decir que se oyen mejor cuando cantan al amor que cuando cantan sus fiebres políticas. Se dijo de Pablo Neruda, se dijo de Alí Primera, se dirá —hasta el hartazgo— de Silvio Rodríguez. Leyendo su poesía uno adivina que no le concedía mayor importancia a quienes, colegas incluidos, criticaron su militancia y su paso por la guerrilla. Y aunque nadie se lo pidió, él mismo se explica:
Los escritores que le viven
buscando cuatro patas
al triángulo y luego dicen
que no les importa la política
deberían cortarse los cojones
y echárselos a los cochinos.“Juego limpio”, en 70 poemas stalinistas (1979)
La protección de la Madre Tierra es esencial para asegurar el respeto de los derechos humanos.
Esa es la premisa que llevó a Bolivia a convocar a una reunión en Cochabamba relacionada con los efectos del cambio climático, que se celebrará el 22 de abril próximo.
El embajador boliviano ante la ONU, Pablo Solón, anunció que la conferencia pretende perfeccionar el Protocolo de Kyoto, un tratado internacional vinculante adoptado para reducir las emisiones de dióxido de carbono, causante del calentamiento global.
Sostuvo que en la Conferencia de Copenhague, celebrada recientemente, no se adoptó una declaración ya que numerosos países consideraron que el proceso de negociación no fue democrático ni transparente.
El diplomático boliviano explicó que con la reunión, su país quiere contribuir a buscar un consenso en esta trascendental cuestión para la humanidad.
Producción: Rosa Rivera
Cuentos ecológicos | ||
El río y el sol | ||
Eileen Amaya, 12 años, 6°. grado Unidad Educativa Campo Norte En una hermosa Mañana, dos buenos amigos: el Río y el Sol, dialogaban muy tranquilamente: -¡Mira, hermano Río, esos pescadores! ¡Cómo te están contaminando! Y el río se dirigió a los pescadores: -¿Por qué contaminan la naturaleza? | ||
-Tú no eres la naturaleza, contestaron los pescadores de mal modo - y no sirves para nada. -¡Claro que sirve!, intervino el Sol, pero los pescadores no le hicieron caso y siguieron contaminando el río con el aceite de los motores de sus lanchas y otros desperdicios que ensucian las aguas. Tanto el río como su amigo el Sol trataron de buscar una solución posible. Así que dijo el Sol al Río: -Tengo una idea para que los pescadores note contaminen, querido amigo. He pensado hablar con ellos mañana cuando vengan y sí no dejan de molestarle les quemaré el barco con mis rayos. A la mañana siguiente llegaron los pescadores de nuevo, asustando a los peces con el ruido de sus motores y derramando aceite en las aguas. El Sol se les acercó, calentándolos mucho con sus rayos y les dijo: -Señores, se los digo de buenas maneras: dejen de ensuciar a mi amigo, si no, se arrepentirán. Los pescadores no le pusieron atención a Sus amenazas. El Sol, disgustándose mucho, les advirtió: -Muy bien. Ustedes se lo buscaron. Y con todas sus fuerzas mandó sus rayos y quemó las embarcaciones. Entonces los pescadores se fueron, prometiendo no volver a contaminar el río y hacer la pesca en otra forma, sin dañarlo. Y el Sol y el Río vivieron felices, como buenos amigos. |
Hoy era un día feliz para Kan, hoy cumplía 12 años y su padre había prometido concederle el mayor de los tesoros. Una espada de Samurai. Naturalmente no sería una espada de doble diamante como la de su padre, sería una sencilla espada katana. Lo demás habría de ganárselo por si mismo. Era un inmenso honor el que le hacía su padre. A partir de ahora dejaba de ser un niño para convertiste en todo un aprendiz de Samurai. Un brillante futuro se presentaba por delante si estaba dispuesto a aprender y a trabajar. Y kan lo estaba desde lo más profundo de su corazón.
Su padre Kazo estaba frente a él, solemne e imponente como era natural en su persona. El anciano Samurai aparentaba mucha menos edad de la que realmente tenía, solo su larga cabellera blanca y unos ojos llenos de sabiduría rebelaban su verdadera edad. Su armadura de General Samuai reflejaba los dorados rayos del sol como si fuera de oro mientras que los dobles diamantes engastados en la empuñadura de su propia espada katana formaba un doble arco iris enlazado en su base. Kazo había luchado mil batallas y formado a cientos de Samurais, y por fin hoy iba a instruir a su propio hijo. Un acontecimiento que llevaba esperando desde hace doce años. En sus manos sostenía la futura katana de su hijo, un arma poderosa que debía usarse con sabiduría. Kan debía entender que lo más importante de un Samuai no era su arma, sino su sabiduría y su honor.
La cara de Kan resplandeciente de honor y gozo al recibir su espada, llenó el corazón de su padre de un orgullo como nunca antes había sentido. Ahora ya era oficial, el joven aprendiz había superado todas las sutiles trampas que se le habían tendido y por sus propios méritos se había convertido en uno más del clan.
Esa misma noche, después de las celebraciones y las risas, padre e hijo se sentaron juntos alrededor de la hoguera. La noche era cálida y en el cielo lucían las estrellas como luciérnagas en un estanque, la Luna llena brillaba con fuerza, como si quisiera arropar al joven Samurai con sus rayos de luz.
- Hijo mío - La voz de Kazo era grabe, relajante y penetrante como las caricias de una madre - Hoy has dado un paso muy importante en tu vida. Has dejado de ser una persona normal, has dejado el bosque para introducirte en el camino de la vida por el sendero del Samurai. Has superado la trampa invisible que tienden los fantasmas del miedo y del fracaso. Nunca luches contra los fantasmas del miedo, ellos harán que todos los problemas parezcan agolparse para vencerte y doblegarte, cuando estos fantasmas te ataquen, no te defiendas, sigue adelante enfentandote a los problemas uno a uno. Ese es el único secreto del éxito hijo mío.
- Si padre, estas semanas las dudas recorrían mi mente - Kan miraba a la Luna en busca de fuerzas para expresar lo que había sentido - no sabía si sería capaz de llegar al final, tenía miedo de entrar en la senda del Samurai por miedo al fracaso, por miedo a decepcionarte, por miedo a que se rieran de mi los demás mientras no domine todas las técnicas como lo hace un Samurai de verdad. Era un dolor intenso - dijo mientras su mano se posaba en su estomago - como si me clavaran afiladas agujas en el estomago. Pero me di cuenta que si no empezaba, habría fracasado aun antes de intentarlo. - Sus ojos se clavaron en los de su padre - No se si llegaré algún día a ser un Samurai tan bueno y poderoso como tú padre, pero ten por seguro que lo intentaré hasta con el ultimo vestigio de mi alma, nunca me rendiré al camino. Siempre seguiré adelante.
Kazo no podría estar más orgulloso. Su hijo poseía una fuerza que le conduciría allí donde el quisiera. Por que nadie mejor que el viejo Samurai sabía que él mayor secreto para conseguir en la vida lo que se desea es el no rendirse jamas. A su tierna edad ya conocía ese secreto sin duda llegaría muy lejos, mucho más lejos que su padre el General de Generales.
- Hijo, ahora eres parte de los Samurais y por lo tanto has de regirte como tal - El viejo Samurai cogió un grueso leño y se lo paso a su hijo. - Parte este leño hijo mío, se que puedes hacerlo.
- Pero padre, este leño es muy grueso, - dijo el joven abatido - y yo solo tengo doce años, aun no soy un hombre maduro. No tengo la fuerza suficiente.
- Claro que tienes la fuerza hijo, pero tu fuerza no esta en tus músculos - sentenció a la vez que rodeaba con su grande y cálida mano el estrecho brazo de su hijo - Si no en tu cabeza, es en tu inteligencia y en tu fuerza de voluntad donde posees la energía suficiente para realizar todo aquello que desees. Si piensas que no eres capaz de hacerlo... seguramente nunca serás capaz. Sin embargo, si estás convencido de que es posible, y desde el fondo de tu corazón brilla la verde llama de la esperanza y la fe en ti mismo. Podrás hacer lo que desees, solo habrás de buscar el medio.
- Pero padre... - Kan quería creer a su padre, era un Samurai y los Samurais nunca mienten. Entonces debía existir una forma... pero cual - ¡Ya se! Ahora yo también soy un Samurai, ¡puedo hacer lo imposible!
Y desenfundando por primera vez su espada katana lanzó con todas sus fuerzas un terrible golpe contra el tronco... consiguiendo que la katana se incrustara fuertemente dentro del tronco. Kan intentó sacarla de un tirón, pero sus esfuerzos eran inútiles. Estaba demasiado fuertemente enganchada. Se estaba poniendo muy nervioso, y si no fuera por que la cálida mano de su padre le calmó, como tantas veces había hecho de pequeño, se habría echado a llorar.
- Tu intento ha sido digno de elogio Kan, pero has de aprender antes de hacer. - El viejo samurai tomo entre sus manos la espada de su hijo y con un giro rápido de muñeca extrajo la espada del tronco. - Has de fijarte pequeños objetivos, fáciles de cumplir con tus capacidades, para conseguir lo que deseas. - Dicho esto devolvió la espada a su hijo. - Primero intenta crear una zanja en el tronco, no de un golpe directo, si no de dos curvos que te ayuden a debilitar la rama.
Kan lanzó un tajo curvo y cortante que hizo saltar unas astillas del tronco, a continuación lanzó otro en dirección opuesta que hizo que casi la mitad del tronco se dispersara por el suelo. Animado repitió la operación y unos instantes después el grueso tronco reposaba en el suelo, partido en dos pedazos y un montón de astillas.
- Tienes razón padre! El tronco entero era demasiado para mí, pero poco a poco he logrado debilitarlo y al final yo he vencido. Si hubiera pensado que no podía, nunca lo hubiera intentado. Pero decidí que era capaz, que debía de existir una manera de cortarlo y la encontré!
- Siempre existe una manera - La voz del viejo Samurai penetro en los oídos de su hijo grabando estas palabras a fuego - siempre existe una manera de lograr lo que deseamos.
- Y para ello debemos hacer lo que sea padre - Pregunto inocentemente Kan.
Kazo se alarmo, no quería que su hijo le interpretara mal, siempre había que regirse por el honor y la generosidad, pero una ve que vio la inocente mirada de su hijo, la calma se apoderó otra vez de su corazón.
- Hijo, Puedes conseguir todo lo que desees en la vida solo con que ayudes a otras personas a conseguir lo que ellas desean.
- No entiendo padre.
- Tu sabes que el granjero siempre recoge más de lo que siembra ¿No es así? - Kazo sabía que su hijo había ayudado a sembrar a sus vecinos y se había quedado maravillado al ver como crecían las planas día a día y como de un puñado se semillas surgían, con el tiempo, cientos de sabrosos frutos - Pues igual que el granjero siempre recoge más que lo que siembra, tu debes saber que no estas solo y has de ayudar todo lo que puedas a tu equipo, si lo haces así después recogerás la cosecha más fructífera que nunca ayas soñado.
Kan quedó pensativo, todavía era muy joven para entender todas las palabras de su padre, pero el sabía que su padre siempre había sido generoso y gracias a ello había llegado a ser un general de generales, por eso decidió firmemente que él haría lo mismo.
- Padre, tengo una duda que me atormenta - Se sinceró Kan - antes no te la quise decir por que hoy es un día de dicha. Pero no concuerda con lo que me acabas de decir.
- ¿Si hijo?
- Ayer conté a mis amigos del pueblo que me iba a convertir en Samurai, que aprendería los secretos de nuestro arte y que me convertiría en el tipo de guerrero más poderoso que existe - los ojos de Kan se clavaron en el crujiente fuego - y los otros niños se rieron de mí, me dijeron que era un blandengue, que todo eran mentiras y que tuviera cuidado por que lo más seguro es que me dieran una paliza los verdaderos Samurais por mentiroso y que luego me echarían a la hoguera. ¿he de ser generoso también con esos niños padre?
- Hijo... - Una sonrisa de comprensión surcaba los labios del viejo Samurai, a él le había pasado lo mismo en su juventud y sabía que las mismas personas que hoy criticaba y ridiculizaban a su hijo, mañana serían sus más fervientes admiradores por su valentía y coraje - Hay una forma muy fácil de evitar las criticas...
-¿Cual es padre? - Pregunto entusiasmado Kan
- ... simplemente no seas nada y no hagas nada, consigue un trabajo de barrendero y mata tu ambición. Es un remedio que nunca falla.
- ¡Pero Padre! Eso no es lo que yo quiero, yo quiero ser fuerte y poderoso como tú, tengo aspiraciones y sueños que quiero cumplir en la vida. Y solo tengo esta vida para hacer esos sueños realidad ¿Como me pides que haga eso?
- Entonces Kan, ten mucho cuidados con los ladrones de sueños - dijo Kazo misterioso - ¿Los ladrones de sueños? - El niño Samurai miro temeroso a su alrededor
- ¿Que son? ¿demonios de la noche? ¿Duendes malignos? ¿Seres tenebrosos?
- No hijo, son tus amigos y personas cercanas a ti - Los ojos de su hijo lo miraban con una expresión triste, como si le acabara de caer el mundo encima - No te preocupes, solo son amigos tuyos, mal informados que quieren protegerte, quieren todo el bien para ti y que no sufras, por eso intentarán detenerte en todos los proyectos que hagas, para evitar que fracases y te hagas daño.
- Pero entonces son como los fantasmas del miedo y del fracaso, quieren mi bien y sin embargo me infringen el mayor daño que puede existir. Róbame mis sueños, mis ambiciones y por tanto las más poderosas armas que tengo de alcanzar lo que yo quiero. Si nunca lo intento... nunca lo conseguiré. Es cierto que si lo intento puedo fracasar, sin embargo también puedo tener éxito y conseguir lo que yo quiero!
- Eso es hijo y además, sin quererlo, acabas de descubrir tus tres armas más poderosas.
- ¡Cuales! dímelo - su ilusión ante la perspectiva de tener más armas era enorme.
- La primera el Entusiasmo, si crees en lo que haces y de verdad te gusta podrás conseguirlo todo y debes creerlo con todos los vestigios de tu ser.
Kan asintió con la cabeza temeroso de interrumpir a su padre.
- La segunda ¡El Empuje! Has de aprender y trabajar, aprender y trabajar y después... enseñar, aprender y trabajar. Solo con el trabajo conseguirás tus objetivos. Si pretendes aprovecharte de la gente solo encontraras el fracaso, sin embargo, si trabajas con honor, en equipo y siempre intentas superarte... no habrá nada que pueda pararte.
Kan poso la mano en su corazón y se prometió a si mismo, en absoluto silencio que siempre trabajaría con honor y que nadie le pararía.
- Y tercer la Constancia - los ojos de Kan preguntaban a su padre que era la constancia, acaso no era lo mismo que el empuje - La Constancia hijo mío, es la capacidad de aguantar en los tiempos duros y seguir trabajando para que vengan los tiempos buenos, la constancia es el Arte de Continuar Siempre! Tú ahora acabas de empezar y mañana empezarás a practicar con los Samurais. Al principio, después de cada entrenamiento, te dolerán los músculos y estarás cansado, tendrás ganas de abandonarlo todo por que pensarás que esto es demasiado duro para ti. Pero si eres Contante y continuas aprendiendo y practicando, poco a poco tu cuerpo se irá adaptartando y desarrollando, así como tu mente. Y veras como cada vez las cosas te resultarán más fáciles y obtendrás más resultados y más fácilmente. Los comienzos son siempre duros hijo, y solo si eres Contante tendrás el éxito asegurado.
Kazo vio como su joven hijo asentía medio dormido. Ya era tarde y hoy había aprendido más que en toda su vida. EL viejo Samurai cogió a su joven hijo y ahora aprendiz de su arte en sus brazos, levantando, a pesar de su avanzada edad, como si de una pluma se tratara.
Su hijo le susurro algo al oído como "gracias papa!" antes de quedarse dormido. El general de generales se preguntó si realmente su hijo seguiría al pie de la letra todos los consejos que hoy había aprendido. Sabía que si así lo hacía llegaría aun más alto de lo que él, general de generales, había logrado.
Fin
A CORRER...
Cuentan que cierto día, estaban en el bosque un caballo y su pequeño hijo, ambos gustaban de correr sin rumbo fijo, solo por el placer de sentir el cálido aire sobre sus cabezas.
Padre e hijo disfrutaban mucho de estas carreras y el compartir sus conversaciones que tanto bien hacia a ambos, siempre tenían pláticas de lo más amenas y realmente existía una comunicación constante entre ellos.
Una mañana, salieron como era su costumbre a correr, estaban muy felices porque era un día espléndido, cuando de repente el pequeño caballo tropezó y cayó rodando, su padre se detuvo de inmediato volviendo sobre sus pasos para ver que le había sucedido a su pequeño hijo.
Se acerco a él para averiguar si se encontraba bien, y el pequeño no lograba levantarse, muy asustado le dijo a su padre: - Siento que no podré volverme a levantar, me siento muy lastimado de una pata.
- Hijo, debes levantarte, acaso ¿Te has roto algo?- Padre, le dijo el caballito, creo que no me he roto nada, sin embargo, un caballo nunca se cae y cuando lo hace, le resulta sumamente difícil levantarse.
- Hijo, estás equivocado, algunos animales como nosotros caen, pero vuelven a levantarse y tu te levantarás, porque tu no tienes nada roto, tu voluntad hará que te levantes y vuelvas a caminar y a correr como siempre lo has hecho, no permitirás que tu mente te haga tomar una decisión equivocada, creyendo que porque has caído no podrás levantarte, además, yo te ayudaré a hacerlo, porque yo precisaré de tu ayuda, cuando caiga y necesite levantarme igualmente.
- Pero padre, ¿cómo podría yo ayudarte a levantar si soy tan pequeño?
- Hijo no se necesita fuerza física para dar esa clase de ayuda, solo se requiere un gran amor, esa es la clase de ayuda que necesitamos, sentirnos apoyados por nuestros seres más queridos, y yo te amo mucho y por esa razón te digo que te levantes, porque todavía tenemos muchos caminos que recorrer juntos.
Y nuestro pequeño caballito, se levantó, se sacudió el polvo, empezó a caminar junto a su amado padre y pronto empezaron a correr como era su costumbre.
CAERSE no es lo importante, lo importante es LEVANTARSE cuantas veces sea necesario.
Anónimo
La cinta, protagonizada por Denzel Washington, se estrenará el 29 de enero
Los Ángeles, 25 de enero. Se puede decir sin reservas que a Denzel Washington le ha tocado un hueso duro de roer, porque será el bueno de una película, El libro de los secretos (The Book of Eli), en la que el malo es uno de los grandes en ese aspecto, Gary Oldman.
En esta ocasión, Washington encarna a un soldado solitario que se enfrenta al autoproclamado tirano, Carnegie (Oldman), para conservar el libro que salvará a la humanidad.
La película de los hermanos Hughes, que se estrenó en Estados Unidos el pasado 15 de enero y en México comienza su corrida el próximo viernes, narra la historia de un caminante solitario que desde hace 30 años viaja hacia el oeste en busca de un lugar donde resguardar la única biblia que ha sobrevivido a una masiva destrucción del planeta.
Sin civilización ni ley
Este western post apocalíptico está ambientado en un mundo en el cual no hay civilización ni ley. Después de una guerra provocada por el enfrentamiento de las religiones, lo único que queda son caminos destruidos y desolados donde pululan ladrones que pueden llegar a matar por un par de zapatos o un poco de agua.
Fuimos conscientes de que teníamos que estar a tono con los judíos, los musulmanes, los budistas e incluso la religión de los indios americanos. La idea es que todos coincidieran en que se hablaba del mismo Dios
, señaló Allen Hughes.
“El libro de los secretos nos lleva a un futuro desolador, arrasado tal vez por una guerra nuclear, un desastre natural o la combinación de ambos (algo que el guión no determina), pero que en cualquier caso sirve para dar una clara idea de cómo sería el mundo para el ser humano en caso de que algo así llegara a suceder.”
Y entre todo el desastre brilla el espíritu de Eli, decidido a asumir el liderazgo de una sociedad perdida y a devolverle ciertos valores, pese al ambiente hostil. Washington, quien se sintió muy atraído por el proyecto como para ser no sólo intérprete, sino productor ejecutivo, explicó: Eli es un hombre en una misión de gran importancia, la cual ha llevado a cabo desde hace mucho tiempo. Cuando lo conocemos está cerca del final de esa misión, pero sus retos más importantes todavía están por llegar
.
Es la antítesis de Carnegie, su más enconado enemigo en esta historia, un hombre que ha dedicado 30 años de su vida a crear un imperio por medio del control de recursos, como el agua, en las ruinas de un pueblo abandonado.
Ambos personajes buscan lo mismo, el último ejemplar de la Biblia sobre la Tierra, aunque con ideas diferentes de qué hacer con él. Para Eli es la posibilidad de usar su contenido para crear una civilización más justa y equilibrada, un nuevo comienzo después de la destrucción del mundo anterior, mientras para Carnegie es la opción de controlar aún más a la gente bajo la influencia del libro y expandir así su poder.
Carnegie es un dictador
, constata Oldman, actor británico de 51 años. Pero también es inteligente y tiene una filosofía. Está familiarizado con el libro que porta Eli y sabe lo que puede conseguir por medio de él porque forma parte de su propia historia y de su infancia. Lo ha estado buscando durante años. Creo que estos dos hombres tienen la misma obsesión por el libro, aunque uno procede de un buen lugar y el otro de uno mucho más oscuro.
Al final, como explica el propio actor londinense, la cinta se convierte en una batalla de voluntades
, con enfrentamientos dialécticos entre ambos y una potente descarga de artillería pesada en un mundo de abrigos y gafas de sol.
Además de Washington, ganador de dos Óscares, forman parte del reparto Mila Kunis, Ray Stevenson y Jennifer Beals.
La cinta fue rodada en su mayor parte en localidades de Nuevo México, especialmente en Albuquerque. Las tormentas de arena de la parte sur del estado lo hacían el lugar perfecto para mostrar la devastación del planeta; sin embargo, los productores tuvieron que echar mano de efectos especiales para mostrar localidades completamente desérticas.
Todas las tomas realizadas en la cinta en las que se muestra el horizonte o el fondo tuvieron que ser modificadas
, aseguró John Farhat, supervisor de efectos especiales.
En espera del desembarco de los Óscares
Es, en definitiva, una cinta interesante para una época del año en la que poco se mueve en cartelera a la espera del desembarco de los Óscares en marzo, aunque los dos grandes nombres que contienden en esta historia futurista de ciencia ficción le auguran un posible buen desempeño a efectos de taquilla, algo fundamental en los tiempos que corren.
El libro de los secretos nos lleva a un futuro no muy lejano; unos 30 años después de la guerra final, un hombre solitario camina sobre la desolada tierra que una vez fue Estados Unidos. Ciudades vacías, autovías destrozadas, la tierra yerma. Todo a su alrededor denota la catástrofe de la destrucción total. No existe civilización ni ley. Las carreteras están en manos de pandillas que matarían por un par de zapatos o una pizca de agua, o sin razón alguna… Pero ninguno de ellos está a la altura de este viajero.
Su peso y sus dimensiones son mínimas y sería posible transportar todo Henry James, pongamos por caso, o todo Alfonso Reyes en un adminículo diminuto.
Sin embargo, el libro real
es relativamente joven y ni siquiera 80 por ciento de la población mundial está habituada a él, de modo que las presentes generaciones no veremos su extinción.
Entre los libros de lujo
están sin duda los de arte. El presentado inicialmente en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes es el espléndido y muy completo libro sobre Pedro Friedeberg, cuyo peso específico sobrepasa, creo, tres kilos pese a que el papel no es grueso.
El segundo, presentado la noche del jueves, es una monografía sobre el extinto pintor juchiteco Jesús Urbieta, interesante sobre todo por el trabajo de investigación biográfica que realizó Jorge Pesh. El tercero, todavía no a la vista, se presentará el viernes 28 y corresponde al libro-catálogo de la exposición Manuel Felguérez.
Me ocupo del volumen sobre Friedeberg porque es producto de una investigación que se prolongó varios años, según deja ver la editora Déborah Holtz, (Trilce y Fondo de Cultura Económica), quien se vio apoyada por Juan Carlos Meza en la consecución de un producto muy completo de edición y diseño posmoderno, por lo que incluye, además de acertada selección de reproducciones de obra, trivia extraída de la propia trayectoria social del artista y un sinnúmero de fotografías, recortes de prensa, etcétera, además de los estudios de rigor a cargo de James Oles y Jeffrey Collins, antecedidos por la introducción de Luis Carlos Emerich, con un epílogo del arquitecto, escultor y ensayista Fernando González Gortázar.
Este último se refiere a la permanencia, por tres años, del artista en la entonces recién inaugurada Facultad de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana, ubicada en lo que es ahora el restaurante San Ángel Inn. El conjunto adhería la escuela de Artes Plásticas, entre cuyos docentes estuvieron Manuel Felguérez, José Luis Cuevas y el grabador Guillermo Silva Santamaría, además del imprescindible Mathias Goeritz.
Arquitectos notabilísimos del momento: Augusto Álvarez, Max Cetto, Vladimir Kaspé y Ricardo de Robina eran docentes en la Facultad de Arquitectura. González Gortázar se pregunta: ¿cómo nadaba Friedeberg en esas aguas entre los representantes de la pureza lógica
?
La cuestión es válida: la atracción que el artista sentía y siente hacia la arquitectura sin estilo
(aunque vaya si él creó un estilo), que sobrepone retazos disímiles, da como consecuencia la creación de imágenes visuales complejas y si bien el resultado no es, desde mi punto de vista, pictórico, las tramas con todo y medias lunas, puños cerrados, manitas, pináculos tipo zigurat y repercusiones a lo Escher, es abstracto, con todo y el uso continuo de la perspectiva.
Los editores reprodujeron algunas imágenes extraídas de otros contextos, que sin duda pudieron influir en Friedeberg, por ejemplo el corte contenido en el edificio construido en un paquidermo que publicó Ribart en 1758, que se encuentra en el Museo Carnavalet, analogado al obelisco egipcio trepado sobre el gracioso elefantito de Bernini, en medio de la plaza de Santa María sopra Minerva en Roma. Las ilustraciones hacen alusión a la composición paquidérmica de Friedeberg.
Emerich se refiere al hecho evidente de que éste creó objetos paródicos o fársicos en un intento de paliar su frustración ante la grandeza de las obras del pasado
y también pone atención a los objetos de virtud
, mismos que, recordemos, mucho contribuyeron al éxito de la dinastía Duveen tanto en Londres y París como en Nueva York. Los objetos de virtud son virtuosos debido a su finura, ya se trate de tapetes, candelabros, taracéas o juguetes. En el caso de Friedeberg, quien conoce bien la denominación, son los pequeños aparadores, estanterías, cajas en las que ordena sus series.
La selección de las memorias De vacaciones por la vida, relatadas a José Miguel Cervantes se acompaña de fotografías que datan de su infancia y se prolongan a su llegada a México incluyendo mediante recortes de periódico su intensa y alambicada vida social.
La veneración del artista hacia su principal mentor, Goeritz, queda puesta en evidencia, al grado de que la recuperación de estos recuerdos (acuciosos y comprobables en este caso) se adhieren a lo que conocemos sobre Mathias, configurando un apartado que tiene su propia valía. Tal vez sus recuerdos de Toño Souza estén sobrecargados, pero eso está en la tónica del autor.
Países donantes e importantes instituciones financieras celebran una reunión este lunes en Montreal, Canadá, para evaluar propuestas sobre cómo reconstruir Haití a mediano y largo plazo.
El Primer Ministro haitiano, Jean-Max Bellerive, habló a los participantes en la reunión que incluyen ministros de exteriores de las naciones asistentes.
Aseguró que su gobierno tiene la capacidad para asumir las riendas de la reconstrucción de su país con la ayuda de las naciones amigas que se reúnen en esa ciudad.
El coordinador de Naciones Unidas para la Ayuda Humanitaria, John Holmes, y la Administradora del Programa de la ONU para el Desarrollo, Helen Clark, asisten a la reunión en representación del Secretario General.
Duración: 49"
Producción: Jorge Miyares
Puerto Padre clasifica entre los municipios cubanos donde se venden más libros cada año y, a su vez, los puertopadrenses sobresalen entre los buenos lectores de la nación, que es simiente para el razonamiento del ser humano.
Carlos Manuel Pompa Vinajera es de esas personas con este hábito de goce, mejoramiento espiritual y cazador cotidiano de cuanto le sea útil al proceso cognoscitivo.
No lo afirma él, sino el colectivo de la biblioteca municipal Carlos Manuel de Céspedes, que lo diferencia, como a otros, por el uso constante de las obras literarias.
(P) ¿Cuándo comienza a ser un fervoroso?
(Carlos Manuel…) Siempre me ha gustado la lectura. Antes compraba libros, claro no siempre podía; también le pedía algo que leer a mis amigos. Un día me di cuenta que en la biblioteca tenía una fuente importante. Creo que fue allá por los años de la década de 1970. Yo doy cualquier cosa por un buen libro.
(P) ¿Qué es un buen texto para usted?
(CM…) Todo lo que me instruye sobre la Revolución Cubana: la historia, sus héroes, y dentro de ella lo relacionado con Fidel, el Che, Camilo. Entre mis libros favoritos están Cien horas con Fidel (del escritor y periodista francés Ignacio Ramonet), En Marcha con Fidel (Antonio Núñez Jiménez), Exilio, Presidio y Desembarco (Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque).
La inclinación por estos asuntos tienen que ver con mi procedente, yo soy de Guisa, región montañosa de la provincia de Granma. En ese lugar se libró una de las más importantes batallas del Ejército Rebelde. Los combates se realizaron muy cerca de la casa donde vivía y eso me causó mucha admiración por aquellos hombres con sus barbas y collares de resguardo.
También tengo preferencia por la literatura de la antigua Unión Soviética y, sobre todo, la literatura de la Segunda Guerra Mundial que existe en el territorio, aunque me atraen otros temas, hasta los humorísticos. En la actualidad tengo todo el tiempo para leer, pues estoy jubilado.
(P) ¿Qué hace con el conocimiento?
(CM…) Yo intercambio mis ideas con muchos compañeros, familiares y vecinos, que es forma de transmitir experiencias, principalmente, acerca de temas históricos y políticos. No hacemos nada con leer decenas y decenas de libros y encerrar en nosotros el conocimiento. Creo que eso no tiene ninguna utilidad. Es decir, yo leo por placer, conocer e intercambiar.