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sábado, 19 de junio de 2010

Hermosillo, en un día como cualquiera.


….y México seguirá llorando a sus cuarenta y nueve ángeles

Perla Julieta Ortiz Murray



        Era un día como cualquiera: nada presagiaba el horror que pronto iba a desatarse: el mismo sofocante calor de todos los años por ésas fechas, el cielo limpio de nubes y el adormecimiento propio de casi las tres de la tarde, cuando, si no estás en tu trabajo, mejor te refrescas en el aire acondicionado, cooler, abanico o lo que sea  tengas en tu casa, pero ni pensar en salir si no es necesario. Sin embargo, cuando el reloj marcó las tres menos cuarto de la tarde, Hermosillo perdió su inocencia…..

            Comenzó entonces la hecatombe: En la colonia “Y griega” la guardería “ABC”, situada en Periférico Sur y calle Mecánicos –con capacidad para cuatrocientos niños y en la que en ese momento se encontraban ciento setenta y seis entregados al sueño, junto con varias trabajadoras-empezaba a arder. El infierno había subido a la tierra y los diablos bailaban en ella….

-¡Ay Perla, ay Perla! dijo la Elia, aun con el susto en la voz: no me lo vas a creer, pero unos momentos antes mi familia y yo nos pusimos un susto, pues al venir de Nogales e ir pasando por Hermosillo, nos detuvimos un momento a cargar gasolina, lo que yo aproveché para comprar café en un Oxxo que está frente a la gasolinera y cual no sería mi sorpresa, que al ir saliendo alguien dijo “¡miren al cielo, miren al cielo! y varias personas vimos como unas bolas negras se iban elevando  y dispersándose en el firmamento; no supimos qué eran, solo escuchamos entonces el ulular de las sirenas que se dirigían todas hacia un mismo punto, al otro lado de la ciudad, pero pues cómo íbamos a saber…..

Por el rumbo del Periférico, algunos automovilistas ven salir una extraña columna de humo del parvulario y se les prende el foco de que algo está pasando: empiezan entonces las llamadas a la policía, a los bomberos, a protección civil… Sin embargo, el humo no denota la magnitud del drama: dentro, con la única salida de emergencia atrancada por dentro a cuarenta y nueve pequeños literalmente se les  derrite la piel debido al goteo ardiente del poliestireno empleado como recubrimiento del techo de lámina, mismo que también provoca el colapso de sus pulmones por inhalación de vapores tóxicos producidos por el sobrecalentamiento del mencionado material. En un santiamén, comienzan a verse desde fuera pequeñas lenguas de fuego. Padres, abuelos y otros familiares, amén de vecinos, curiosos e integrantes de los medios abarrotan para entonces las afueras del lugar, mientras policías, bomberos y voluntarios se afanan por entrar tratando de abrir boquetes sin lograrlo. Llega entonces Francisco Manuel López Villaescusa –hoy conocido como el héroe de Hermosillo- quien con desesperación embiste la pared frontal con su camioneta, una y otra vez, hasta que abre un boquete y luego otro y otro. Sin esperar a que el polvo se disipe, policías, bomberos y civiles entran al rescate de las víctimas.

-¡Mi hijo, saquen a mi hijo! grita enloquecida una madre, tratando de meterse, mientras una abuela vocifera el nombre de su nieta y un hombre llora y se introduce a fuerzas al lugar buscando a su vástago.  Para entonces, tres boquetes han sido abiertos, pero siguen resultando insuficientes: Un guardia sale corriendo, cargando a un bebé cuya piel de rostro y extremidades se ha derretido casi por completo, mientras dos tragahumos cargan cada uno a dos peques a quienes la epidermis se les desprende a jirones; con su triste clamor, las ambulancias parten hacia los hospitales más cercanos, preparados ya par recibir su carga, seguidas de cerca por gentes abatidas que buscan al hijo, a la hija, al sobrinito, a la vida que se les va tras  las camillas.   

            Mientras, en el lugar del siniestro, la dantesca escena prosigue y es solamente después de dos horas que el fuego logra ser controlado. Hasta el momento se contabilizan dieciocho muertos, pero poco a poco la cifra va aumentando y al final del día ya son veintisiete,  sin contar a los lesionados; a quienes se llevan prontamente a los hospitales de alta especialidad que el Instituto Mexicano del Seguro Social tiene en Cd. Obregón y Guadalajara, que no cuentan con personal especializado suficiente para atenderlos y donde los padres se quejan de que no se les permite hablar con sus familiares ni con la prensa. Por su parte, el hospital Shriners de Sacramento, California, E.U. inicia la humanitaria labor de recibir a algunas de las víctimas y proporcionarles tratamiento gratuito, hecho que parece molestar a gente del gobierno del Estado de Sonora.

            La semana transcurre lentamente  y la cifra de pequeñuelos muertos va en aumento: treinta y uno, treinta y seis, cuarenta y tres, cuarenta y cinco, hasta detenerse en cuarenta y nueve.  Fátima Sofía Moreno Escalante, Santiago de Jesús Zavala Lemas, Aquiles Dreneth Hernández Márquez, Jazmín Pamela Tapia Ruiz, Ruth Nahomi Madrid Pacheco, Axel Abraham Angulo Cázares, Pauleth Daniel Coronado Padilla, Ian Isaac Martínez Valle, Juan Carlos Rodríguez Othón, Monserrat Granados Pérez, Andrés Alonso García Duarte, Germán Paul León Vázquez, Lucía Guadalupe Carrillo Campos, Ximena Álvarez Cota, Jesús Julián Valdez Rivera, Jorge Sebastián Carrillo González, Omar Valenzuela Contreras, Bryan Alexander Méndez García, Denisse Alejandra Figueroa Ortiz, Yoselín Valentina Tamayo Trujillo, Juan Israel Fernández Lara, Luis Denzel Durazo López, Daniel Rafael Navarro Valenzuela, María Magdalena Millán García, Camila Fuentes Cervera, Daniel Goyzueta Cabanillas, Jonathan Jesús de los Reyes Luna, Emilia Fraijo Navarro, Emily Guadalupe Cevallos Badilla, Jesús Antonio Chambert López, Xiunelth Emmanuel Rodríguez García, Santiago Corona Carranza, Javier Ángel Merancio Valdez, Nayeli Estefanía González Daniel, Valeria Muñoz Ramos, Julio César Márquez Báez, Ana Paula Acosta Jiménez, Andrea Nicole Figueroa, Yeseli Beceli Meza, Ximena Yanes Madrid, Ariadna Aragón Valenzuela, Carlos Alan Santos Martínez, Dafne Yesenia Blanco Lozoya, Daniela Guadalupe Reyes Carretas, Juan Carlos Rascón Holguín, María Fernanda Miranda Hugues, María Ximena Hugues Mendoza, Martín Raymundo de la Cruz Armenta y Sofía Martínez Robles, se convierten en la nueva estadística contra el gobierno del Estado y porqué no, contra el de la República. Las investigaciones llevadas a cabo luego de ocurrido el siniestro ponen de manifiesto la terrible realidad: Si la Norma Oficial Mexicana aplicable a la construcción de Guarderías se hubiese cumplido como debía, la tragedia no hubiese ocurrido, pero Gildardo Francisco Urquides Serrano, Sandra Lucía Téllez Nieves, Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, Antonio Salido Suárez y Alfonso Escalante Hoeffer decidieron ignorarla, como ignoraron también las advertencias que desde el año 2005 estuvo lanzando el Jefe de los Bomberos Voluntarios de Hermosillo acerca de la seguridad del inmueble: Mientras la primera prohibe expresamente la instalación de parvularios y ancianatos cerca de talleres, bodegas y gasolineras, y habla expresamente de “salidas de emergencia”, así en plural, ordenando la instalación de extintores de incendios de uso industrial en cada una de sus dependencias y prohibiendo así mismo la utilización de poliestireno en las instalaciones, nada de eso se cumplió, pues ni siquiera el local era el adecuado: un galerón que antaño fuese bodega ¡habilitado como habitación de niños!, con techos recubiertos del mencionado material inflamable, así como sus paredes divisorias. No se cuidó tampoco que enseguida del local, compartiendo una barda, existiese una bodega llena de papelería de la Secretaría de hacienda, ni que al otro lado se hallara un taller mecánico y –a solamente treinta y un metros- funcionase una gasolinera. Pero esta era una de tantas guarderías subrogadas por el Gobierno Federal a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a los particulares y aparentemente, a decir de quien fuese titular de este instituto en la pasada administración federal, Juan Molinar Horcasitas, cumplía con todos los requisitos para su adecuado funcionamiento. Por lo demás, hay que ver la red de compadrazgos y nepotismo puesta en práctica para la adjudicación de este negocio y para muestra, tengamos en cuanta que Alfonso Escalante Hoeffer es compadre del ex gobernador Eduardo Bours Castelo y Marcia Margarita Gómez del Campo Tonella, es pariente de la Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa de Felipe Calderón, actual Presidente de la República. Como vemos, cabe responsabilidad legal no solo en los dueños, que por increíble que parezca, nunca han sido detenidos y puestos a disposición de autoridad alguna, gracias al pago de una fianza de seis millones de pesos y a quienes se les permitió ausentarse del país en cuanto ocurrió la tragedia que nos ocupa, sino además, en el exgobernador aludido líneas arriba, dedicado a obstaculizar la investigación y quien nunca recibió a los padres agraviados, al ex Presidente Municipal Ernesto Gándara Camou, por no clausurar el lugar siniestrado cuando en su trienio el jefe de bomberos hacía llamamientos para corregir la seguridad de dicha estancia y a todos los inspectores de las instituciones mencionadas, que hacían la vista gorda ante tamañas irregularidades. Queda entonces para la memoria colectiva el deshonroso actuar del jefe de la arquidiócesis hermosillense, Arzobispo Carlos Quintero Arce, avalando ante el Ministerio Público a los dueños del citado parvulario como personas honorables y piadosos miembros de su feligresía, cuando nunca dieron la cara ni se condolieron del  dolor causado por su avaricia. En este punto, debe recordarse que desde 1983 empezó el proceso de subrogación de las guarderías del IMSS, cosa que se legalizó en el ‘97, al iniciar el proceso de privatización de la seguridad social y que el costo mensual por niño en las guarderías subrogadas asciende a más o menos 3 mil pesos, contra 6,500 en las todavía pertenecientes al  Seguro Social . Además, en su licitación, las mil 426 guarderías subrogadas, son casi exclusivamente un negocio de funcionarios y familiares de éstos.
            Jurídicamente, la cosa no pinta tampoco muy bien para los padres. No se admitió el concurso de delitos en contra de los directamente implicados en la comisión de irregularidades citadas,  y tocante a la delimitación de las causas del incendio, autoridades y padres no se ponen de acuerdo, pues mientras la versión oficial atribuye el siniestro a la instalación de un cooler o enfriador de aire en mal estado, peritajes contratados por los padres aseveran el origen del incendio en la bodega de Hacienda –concretamente por una quema de papelería- de donde presuntamente brincó hacia el techo de la guardería, por si fuera poco, compartido con la bodega en mención. En este tenor, el peregrinaje de los padres ha sido tortuoso, pues lejos de atenderse sus reclamos de justicia, solo se ha buscado el modo de retrasarla, buscando chivos expiatorios y librando de culpa o minimizándosela a los verdaderos delincuentes. El insulto mayor, sin embargo, llegó el día de ayer, miércoles 16 de junio de 2010 -a más de un año de sucedida la tragedia- en la forma de un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo órgano jurisdiccional de este país, al que los padres agraviados elevaron su queja. En proyecto presentado al Pleno de dicho organismo por el Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (en cuyo favor destacaron los Ministros Olga Margarita Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza) y en una muy dividida votación,  se  decidió no solo no fincar responsabilidades a los dueños de la guardería, desestimando bajo argucias legales la acusación de atropello de garantías individuales que se les estaba fincando, sino además, exonerar a todos los funcionarios mayores, léase Gobernador del Estado,  Secretario de Hacienda estatal, Presidente Municipal y por supuesto, Director Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social (hablamos por supuesto, de quienes ocupaban esos cargos en el momento de ocurrido el siniestro: Eduardo Bours Castelo, Ernesto Vargas Gaytán, Ernesto Gándara Camou y Juan Molinar Horcasitas, en ese orden) y adjudicársela solo a burócratas de menor nivel y bajo poder decisorio, como el representante estatal de esta institución de seguridad social, Arturo Leyva Lizárraga, o Wilebaldo Alatriste Candiani, titular de la Unidad Estatal de Protección Civil; Fausto Salazar Gómez, director general de Recaudación de la Secretaría de Hacienda , y a Jorge Luis Melchor Islas, subdirector de Control Vehicular de la Secretaría de Hacienda.  Noemí López Sánchez, en ese momento titular del Departamento Delegacional de Guarderías del IMSS, fue la única funcionaria a quien se le apresó desde hace unos meses, junto con varios de los trabajadores de la vecina bodega hacendaria a quienes se acusa de descuido en la quema de la papelería, cosa no probada hasta el momento y quienes en todo caso, no hacían sino cumplir órdenes. En este momento, la única palabra que acude a mi mente es: Increíble. Increíble que el llanto y el agravio de tantas familias  mexicanas hayan sido solo un juego para quienes dicen representar a la justicia en este país y que han demostrado una vez más, que más que  la defensa de la razón y la  dignidad, hacen la defensa de la clase social en el poder.

            Desde hace un año y particularmente los días cinco de cada mes, los padres de familia y quienes de algún modo nos hemos unido a ellos, llevamos a cabo actos de conmemoración a estos pequeños en toda la República y como bien lo dice mi amigo Wollmer, no queda un rincón del país que no llore la tragedia. Desde entonces también, esta es una herida abierta en cada mexicano; cada uno de los bebés inmolados se convirtió en hijo nuestro y no nos basta con que se haya decretado el cinco de junio como día de luto nacional y que la bandera ondee a media asta. Nos bastaría en cambio un indicio de imparcialidad y de firmeza en la aplicación de las leyes, un amenguar de la burla  a la que desde ese momento hemos sido sometidos y un indicio de que se respeta –política y jurídicamente hablando- el dolor inenarrable que desde el cinco de junio de 2009 ha padecido esta nación. 

 Para Ayudas y solidaridad:
http://www.movimiento5dejunio.org/

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